El mítico boxeador estadounidense Muhammad Ali falleció ayer a los 74 años en un hospital de Scottsdale (Arizona) en el que había ingresado el pasado jueves aquejado de problemas respiratorios. "Después de una batalla de 32 años contra la enfermedad de Parkinson, Muhammad Ali, el tres veces campeón del mundo de los pesos pesados, ha muerto", señaló el portavoz de la familia, Bob Gunnell.

La última aparición pública de Ali se produjo en abril en una gala benéfica en Arizona que tenía como objetivo recaudar fondos para la fundación del boxeador que investiga en la lucha contra el párkinson, enfermedad con la que fue diagnosticado en 1984 a los tres años de colgar los guantes.

Apodado como "El Más Grande", Muhammad Ali era más que una leyenda del deporte mundial por su compromiso político y social. Su imagen, como la de John F. Kennedy, Marilyn Monroe, Elvis Presley o Los Beatles, estará por siempre asociada a la de una época: los años sesenta y setenta.

Ali, cuyo primer nombre fue el de Cassius Clay, fue tres veces campeón del mundo de los pesos pesados y campeón olímpico de los semipesados (1960). Disputó 61 combates como profesional, con 56 victorias y 5 derrotas.

Nacido en Louisville, Kentucky, el 17 de enero de 1942, su llegada al boxeo se produjo cuando tenía 12 años de la mano del policía y entrenador aficionado Joe Martin. Con sólo 18 años, y tras ganar dos campeonatos norteamericanos como aficionado, conquistaba la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma en los semipesados y decidió su paso al profesionalismo.

El 25 de febrero de 1964 ganó su primer mundial de los pesados, después de un combate frente a Sonny Liston en el que hizo alarde de sus dos mejores virtudes pugilísticas: un rítmico juego de piernas y un golpe demoledor.

Ese año cobró aún mayor notoriedad al anunciar su conversión al Islam y el abandono de su nombre original por el de Muhammad Ali. El púgil militaba en el movimiento Nación del Islam de Malcolm X, que proponía la liberación de los guetos negros y el fin de la segregación.

Estados Unidos se sintió fascinado ante el campeón rebelde que acumulaba títulos sin cesar. Los dos años siguientes continuó tumbando rivales -Patterson, Chuvalo, Cooper, London, Mildenberger...- y a Jerry Quarry, el orgullo de la América blanca.

En 1967 se negó a incorporarse al Ejército y marchar a la guerra de Vietnam. Le condenaron a cinco años por insumisión y le despojaron de su título.

El 26 de octubre de 1970 regresó victorioso venciendo a Jerry Quarry, pero cuando su carrera pareció sucumbir con dos derrotas contra Joe Frazier (1971) y Ken Norton (1973), aceptó un combate ante George Foreman en Kinshasa, Zaire, el 30 de octubre de 1974. La pelea, en la que Ali reconquistaba el título, fue seguida en todo el mundo, fue tema de una película años después ("Cuando fuimos reyes") y convirtió en mitos a ambos púgiles.

Desde octubre de 1974 a febrero de 1976 defendió con éxito cinco veces su corona -derrotó a Wepner, Lyle, Burgner, Frazier y Coopman- pero perdió el título el 15 de febrero de 1978 ante Leo Spinks. La negativa de éste a enfrentarse al aspirante oficial, Ken Norton, le permitió luchar de nuevo por el cetro mundial y el 15 de septiembre lo reconquistó por tercera vez ante Spinks. Poco después anunció su retirada.

Excepcionalmente, el 2 de octubre de 1980 volvió al ring para enfrentarse a Larry Holmes por el título del Consejo Mundial, perdiendo por abandono en el décimo asalto. Colgó los guantes definitivamente tras perder el 11 de diciembre de 1981 un combate a 10 asaltos contra Trevor Berbick, en Nassau (Bahamas).

Ali ganó más dinero que todos los pesos pesados anteriores juntos. En quince peleas entre 1971 y 1978 se embolsó, por ejemplo, más de 43 millones de dólares. Y como llegó, así se fue el dinero. Generosas contribuciones, fiestas legendarias, caprichos por doquier o negocios ruinosos fueron el final de parte de su fortuna.

Poco después de su retirada definitiva, el 9 de septiembre de 1984, se le diagnosticó Parkinson, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso.

Desde entonces su imagen se ha hecho si acaso más célebre. Todavía se recuerda su emotiva presentación en la inauguración de los Juegos de Atlanta donde no sólo mostró las huellas que el párkinson estaba dejando en su cuerpo, sino que, entre aplausos y vítores, reclamó su momento en la historia del deporte.

El 9 de noviembre de 2005 recibió de manos de George Bush la Medalla Presidencial de la Libertad, y en junio de 2012 el Consejo Mundial de Boxeo le nombraba "Rey del Boxeo Mundial". Como premio recibió una corona de 2 kilos de peso bañada en oro de 24 kilates.

Ha estado casado en cuatro ocasiones y tenido 8 hijos, además de adoptar a otro. Laila Ali, la menor de sus hijos, se dedicó al boxeo como profesional y en 2002 se hizo con la triple corona mundial de los supermedios.