La danza prima se hizo ayer internacional en la explanada del Niemeyer como uno de los actos de clausura del mundial de duatlón que convirtió Avilés en el epicentro de un deporte que cada día gana adeptos en todo el mundo. Los pasos del popular baile asturiano fueron seguidos por decenas de americanos, franceses, japoneses, australianos, canadienses y por supuesto avilesinos y españoles. Un espectáculo digno de una gran campeonato.

Los fuegos artificiales emergiendo desde la ría pusieron punto y final a última hora de la noche a una competición que, en palabras del subcampeón del mundo, el onubense Emilio Martín, "quedará en la memoria de todos nosotros por su organización y por el increíble apoyo del público a todos los corredores".

Cientos de personas siguieron los actos desde la explanada del Niemeyer a pesar de que muchas delegaciones habían abandonado Avilés a primera hora de la tarde con rumbo al aeropuerto o a las carreteras de salida de la región. Se fueron algunos, pero quedaron muchos para participar en los últimos actos del mundial, incluido el concierto de la banda Cold Day (tributo a Cold Play).

La jornada concluyó con una espicha y abundante sidra en la cafetería del Niemeyer para que todos los participantes recuperaran fuerzas cuantos antes, sobre todo los corredores de los grupos de edad, que fueron los grandes protagonistas de la noche con la última entrega de premios.

Los más aplaudidos fueron los medallistas de los grupos de edad más avanzados, en la categoría sprint entre los 85-89 años con el avilesino Rubén Nicieza como medalla de plata por detrás del representante norteamericano, y el también avilesino Jaime Ruiz Peña, que se hizo con plata entre los 80-85 años. Todos repartieron abundantes besos desde el podio. Y es que los premiados de edad más avanzada fueron los más entusiastas y los que celebraron con más alegría y buen humor su presencia en el podio.

Los hombres demostraron que tardan más en dejar el deporte porque las últimas mujeres se quedaron en el grupo de edad entre los 75-79 años, y todas eran extranjeras, sobre todo estadounidenses. En la especialidad standard sólo participó el alemán Fulk entre los 80-85 años y la última mujer, la representante de Canadá, compitió en el grupo de edad entre los 70-74 años.