Se conocieron hace doce años en la habitación de un hospital. José Antonio Aruiza, aficionado del Sporting, fue testigo del sufrimiento de José María Bances, que se encontraba apostado junto a la cama de su mujer, enferma y en los últimos días de su vida. El fútbol actuó entonces como el mejor bálsamo. Aruiza, sin familia en la que apoyarse y con una discapacidad intelectual, encontró en Bances, socio número 28 del Oviedo y hermano del expresidente azul Dámaso Bances, el mejor padrino para su máxima ilusión: ir cada domingo a El Molinón. Bances, por su parte, tuvo en Aruiza un motivo añadido para reconciliarse con la vida y un fiel compañero con el que, desde entonces, compartir la Nochebuena. Ambos simbolizan cómo convertir al Sporting y al Oviedo en la más sana de las rivalidades.
"Nací en Morcín, me crié en un pueblo de Tuilla y puedo decir que soy del Sporting desde guaje, de toda la vida", afirma José Antonio Aruiza, de 49 años. Una fidelidad a los colores que siempre ha ejercido como el mejor estímulo para superar su delicado estado de salud. "El fútbol es el que le da la ilusión por vivir", comenta la psicóloga que le trata en el centro asistencial Ovida, ubicado en Oviedo y donde reside desde hace cinco años. Ella le ha ayudado a superar trances como la pérdida de una pierna. "Moviliza a toda la planta séptima por su Sporting", comenta con humor Elsa Rodríguez, directora del centro. José María Bances escucha y sonríe, mientras ultima una sorpresa que le ha reservado a su amigo: la visita de Jorge Meré, el que se ha erigido como uno de los futbolistas que marcarán el futuro del Sporting.
La impresionada mirada de Meré a las paredes de la habitación de Aruiza, llenas de fotos, bufandas y pósters del Sporting, aumenta la sonrisa de José Antonio. "Ahora hay que clasificarse para la UEFA (Liga Europa) la temporada que viene", le espeta, tras recibirle cariñosamente. "Lo primero es seguir muchos años más en Primera", contesta el futbolista. "Ya... Muy mal lo pasé contra el Villarreal", recuerda José Antonio, que, por supuesto, vivió en El Molinón el último partido de Liga, el que dejó a los rojiblancos en la máxima categoría.
"Ya le digo que sería bonito ahora un derbi en Primera", comenta Bances, ante la reprobadora mirada de Aruiza, que termina con las risas de ambos. Es momento entonces de sacar el álbum de fotos de su último viaje juntos a Lourdes, que muestran a Meré como prueba de que los éxitos rojiblancos también contaron con cierta ayuda divina. "¿Qué sabes tú de los fichajes?, ¿van a venir muchos?", aprovecha a preguntar Aruiza al futbolista del Sporting. "La próxima vez que te vea tienes que darme tu camiseta y la de Lora, para ponerlas en mi habitación", añade. Meré acepta el reto. "Nunca se da por vencido. A veces, algo tan sencillo significa mucho", concluye satisfecho Bances.
