Los goles son la mejor respuesta a las crítica y Bélgica aplicó el antídoto contra Irlanda (3-0) para conseguir una victoria que le deja a un punto de los octavos de final de la Eurocopa, para lo que le vale un punto en la última jornaga ante Suecia, obligada por su parte a ganar. La victoria ayer de Bélgia asegura además a Italia el primer puesto del grupo E.

Irlanda, que desde que en 1988 consiguiera su primer triunfo en un europeo no ha vuelto a ganar, aguantó bien la presión belga el primer tiempo, pero se derrumbó a partir del tempranero gol de Lukaku al inicio del segundo.

Obligado a irse al ataque, los verdes abrieron la fortaleza con la que hasta ese momento habían plantado cara a Bélgica, cuyos delanteros, veloces y audaces, se dieron un festín. Fue una reivindicación en toda regla de un equipo maltratado en su propio país, una reacción de orgullo al pesimismo que se había instalado en el entorno de los belgas tras su pobre actuación contra Italia.

Y fue Lukaku, uno de los más criticados, quien firmó un doblete que le consolida en su puesto de titular, frente a quienes consideraban que el jugador del Everton debía ceder su plaza.

El delantero no desaprovechó un buen contragolpe dirigido por De Bruyne que le centró en la frontal del área, desde donde de un colocado zurdazo batió a Randolph.

El tanto, el primero de los belgas en la competición, liberó a los "diablos rojos" y dio pasó a los irlandeses el peso de la responsabilidad que durante los primeros 45 minutos les había maniatado. Pero ese gol lo lo cambió todo. Irlanda se descompuso y Witsel marcó el segundo a los 61 minutos tras rematar de cabeza un buen centro de Meunier, y de nuevo Lukaku redondeó el marcador en el 70 antes de dejar su puesto en el césped a Benteke.

El belga logró el segundo doblete del campeonato, tras el logrado la víspera por el español Álvaro Morata, y permitió a su selección firmar el segundo 3-0 del torneo tamnbién tras el de españa ante Turquía.