José Luis Díaz, Xiel, cumple su primer mes como director deportivo del Avilés "encantado" con el trabajo que se está haciendo en el club. "Estoy muy ilusionado y muy contento de estar en el Avilés porque hay un buen grupo de trabajo", resumió. El veterano técnico (68 años) estuvo ligado al club en varias etapas y es el último entrenador en lograr el ascenso a Segunda B.

-Los técnicos sólo hablan del título la próxima temporada y subir a Segunda B, ¿están colocando muy alto el listón?

-Tiene que ser así, hay que apostar a campeón. Lo que no se puede hacer es salir a ver lo que pasa, eso no es para el Avilés. Yo ahí estoy de acuerdo y lo apoyo. Hay que apostar a ganador, a intentar subir el equipo e ilusionar a la gente. No se puede empezar el año pensando en clasificarse, el Avilés tiene que aspirar a ser campeón del grupo. Luego el fútbol es un juego y pueden salir las cosas o no, pero en la nuestra cabeza está el ser campeones para tener más opciones de subir porque jugar tres liguillas es muy complicado. Por eso sólo pensamos en hacer un equipo campeón que juegue al fútbol en el Suárez Puerta porque el campo lo pide y lo permite, y que la gente lo disfrute. Tenemos todos los ingredientes para que eso ocurra, y vamos a intentar acertar con los fichajes, que es fundamental porque con buenos mimbres se puede hacer un buen cesto.

-Empezando por la continuidad de Pablo Lago...

-Si, es un chico que tiene mucha ilusión y le gusta mucho el fútbol, un trabajador nato que se desvive por el Avilés y con el que estamos muy contentos porque entendemos que hizo un buen trabajo el pasado año. Por eso hubo continuidad y apostamos por él al día siguiente de la eliminación del play-off, que fue un momento malo para la entidad. Es un técnico joven que quiere crecer y vamos a intentar que lo haga con el equipo para llevarlo al sitio que se merece por su historia.

-¿Es el Avilés un equipo apetecible para los futbolistas?

-Sí, sí. En etapas anteriores había el run run del dinero, pero con todos los que yo hablé ninguno me dijo nada de eso. Todo el mundo está convencido de que la directiva va a cumplir a rajatabla, como lo hizo esta última temporada porque queda este mes, que se cerrará cualquier día, al igual que la escuela, para empezar la temporada que viene a cero.

-¿Comparte la idea de que no todos los futbolistas valen para el Suárez Puerta?

-Totalmente. Y como anécdota puedo decir que la última temporada que subió el equipo (2001-2002), yo llegué a principios de diciembre y en los primeros entrenamientos en el Muro de Zaro estaba encantado por la forma de trabajar y sorprendido porque no entendía que aquel equipo tuviera malos resultados, pero en el primer partido contra el Langreo perdimos (0-1) y el equipo era irreconocibles porque no hizo nada del trabajo que preparamos. Entonces me di cuenta de que el problema era el Suárez Puerta porque es un campo que puede empequeñecer a los futbolistas y algunos lo llevan mal, sobre todo cuando se oyen algunos silbidos como pasó cuando marcó el Langreo. Nadie quería la pelota y a partir de ahí hablé con ellos, primero uno a uno y después todos juntos en el vestuario hasta que les comí la cabeza y les convencí de que podíamos. Afortunadamente empezaron a llegar los resultados y eso fue clave porque estuvimos 25 partidos sin perder.

-¿Sufren más los jóvenes?

-No necesariamente, pero tienen que estar arropados por gente veterana. Esa mezcla es buenísima porque no se puede tener todo críos ni todo veteranos. Y es lo que estamos intentando hacer, rejuvenecer un poco el equipo con gente de proyección, que es el equipo que gusta al Avilés porque siempre fue un club de traspasar futbolistas, para ir renovándolo poco a poco pero sin descuidar los resultados para poder seguir creciendo. Pero insisto en que todo eso necesita tiempo.

-¿Afecta al tema deportivo la marcha de Manolo Fernández como director general?

-Yo acabo de llegar y prácticamente no conozco a los directivos. Conocí un poco a Manolo y a Luis Ángel en el viaje a Azpeitia del play-off contra el Lagun Onak y me pareció una gente sensacional. Con Manolo tuve un poco más de contacto por distintos motivos y me parece una persona muy válida, trabajadora y muy del Avilés que me consta trabajó por el club. Y la verdad es que me sorprendió su marcha, pero ahí no puedo entrar porque desconozco sus motivos. Lógicamente no gusta que se produzcan estas cosas porque no ayudan en nada, al contrario son muy negativas porque debe de primar la concordia, pero son circunstancias y decisiones que hay que tomar algunas veces.