El Campus de Tecnificación de la Fundación Gijón Baloncesto comenzó ayer una nueva edición con 115 chicos y chicas que completaron el cupo máximo apenas 24 horas después de abrirse el período de inscripción. En el campus están participando jugadores de toda Asturias: Oviedo, Avilés, Pola de Lena o Gijón pero también llegados de Madrid, Andalucía o Extremadura. Este campus no es de iniciación sino que está dedicado a niños y niñas que practiquen el baloncesto ya que es condición necesaria tener conocimientos de este deporte.

Los participantes trabajan durante todo el día diversos conceptos individuales y colectivos tanto en la técnica como en la táctica pero también hay charlas motivacionales, concursos relacionados con el baloncesto como tiros libres, triples o enfrentamientos uno contra uno o tres contra tres, audiovisuales, clases de inglés e incluso un taller de fisioterapia en el que, por ejemplo, aprenden a vendarse. Todo ello a cargo de entrenadores y monitores cualificados, 23 en la presente edición coordinados por Sabino Suárez.

El campus cuenta con la presencia de médico y fisioterapeuta y facilita un refuerzo al desayuno a media mañana, la comida y una merienda, menús realizados por nutricionistas. Además suele haber una visita sorpresa de entrenadores o jugadores que pasan unas horas con los alumnos y les imparten sus conocimientos y vivencias.

La visita de ayer fue un tanto especial ya que se trató de Paula Álvarez López, una de las jugadoras que recibió una de las becas que anualmente concede la Fundación Gijón Baloncesto. Paula la recibió en la primera edición y desde entonces ha seguido estudiando y jugando. Hoy 11 años después de aquella beca Paula es ingeniera industrial, premio fin de carrera y desde el 2015 desarrolla su trabajo en el CERN, el mayor acelerador de partículas en el mundo situado en Ginebra y donde se ha incorporado al departamento de gestión técnica de proyectos. Allí llegó a través de la Universidad de Oviedo para formar parte de un multinacional grupo de trabajo en el que también hay más asturianos. Además de su trabajo Paula sigue jugando a baloncesto, lo hace en el Meyrim Basket, un equipo de la Segunda división suiza. Por su eso fuera poco esta gijonesa que se inició en el Fodeba y jugó en el Basketmar, toca la viola en la orquesta de la ONU.

Paula trató de concienciar a los chicos y chicas allí presentes sobre la importancia de compatibilizar los estudios con el deporte, que hay tiempo para todo y que por encima de las victorias o las derrotas tiene que quedar la satisfacción de haberlo dado todo y de estar a gusto con uno mismo. Los alumnos se interesaron especialmente por la faceta deportiva y Paula les comentó que su equipo es semiprofesional y que tras haber estudiado inglés y alemán acabó trabajando en una ciudad de habla francesa y que fue precisamente su relación con el baloncesto lo que más le está ayudando para el aprendizaje de esta lengua.

En la jornada de hoy participará en el campus el joven base del Unicaja Alberto Díaz, un jugador con mucho futuro y que es habitual en las categorías inferiores de la selección española con la que logró la medalla de plata en el Europeo sub-20 en Creta.