"El Marino toca el cielo en Madrid". Así tituló LA NUEVA ESPAÑA el 30 de junio de 1996 la victoria contra el Orcasitas (0-3) y el primer ascenso de los luanquinos a Segunda B en su historia. De eso hace ya 20 años y desde entonces el club azulón completó once temporadas más en la categoría de bronce (todas en los últimos 16 años) que le convierten en el referente asturiano de la categoría en lo que va de siglo XXI por delante de clubes como el Sporting B (10), Caudal (6), Real Avilés (5) y Unión Popular de Langreo (2).

El técnico, Vicente González Villamil, jugó aquel histórico día con Noguerol, Peláez, Mario, Álvaro, Pedro, Froilán, Balado, José Alberto, Herrera (Vicente, minuto 78), Pipi (Edu, minuto 84), y Fermín (Villamil, minuto 87).

Todos ellos forman parte de la historia del Marino, pero son especialmente recordados Herrera por sus dos goles, Pipi que logró el tercero, y Noguerol, que paró un penalti al local Quintas.

Vicente González Villamil también ocupa un lugar de honor entre los técnicos del club luanquín junto con José Luis Quirós, que dirigió al equipo durante nueve años en Segunda B y que logró el último ascenso en la temporada 2010-2011 como campeón de Tercera ante el Costa Cálida, y Roberto Robles que logró el mejor puesto en la categoría (quinto) en la temporada 2001-2002 con el equipo recién ascendido.

Aquella Liga 1995-1996 había sido muy competida en Tercera. El equipo luanquín quedó tercero con 75 puntos, los mismos que el Oviedo B (que también subió), y tres menos que el líder (Titánico de Laviana). El cuarto (Caudal) ya quedó a diez puntos del Marino, que estuvo líder durante 33 jornadas pero en el último tercio perdió sus opciones de ser primero al perder (3-0) con el Titánico en Laviana, empatar (0-0) con el Oviedo B en Miramar, y ceder (2-3) con el Lealtad.

El bombo metió al Marino en una liguilla muy igualada con el Laguna de Duero vallisoletano (líder del grupo de Castilla y León), Orcasitas (segundo de Madrid) y Lalín (cuarto de Galicia). Los luanquinos abrieron la liguilla demostrando su fortaleza en Miramar con un contundente 7-1 al Lalín, una fortaleza que mantuvieron ante el Laguna de Duero (1-0) y el Orcasitas (2-1). Fuera empezaron perdiendo (1-0) contra Laguna vallisoletano, pero consiguieron un valioso empate (0-0) con el Lalín, y cerraron con el histórico triunfo (0-3) con el Orcasitas.

"Fue impresionante. Jugamos a las seis de la tarde y cuando llegamos a Luanco a las cuatro de la madrugada estaba lleno el parque de gente que llevaba de fiesta desde que acabó el partido", rememora el presidente Luis Gallego, que de aquella llevaba seis años en el cargo y que sigue firme 20 años después. "Es el mejor recuerdo deportivo que guardo junto con el triunfo en la fase nacional de la Copa Federación en la temporada 2000-2001", añade.

La fiesta ya empezó sobre el mismo campo madrileño (de arena) porque los aficionados luanquinos invadieron el terreno de juego, pasearon a hombros a los jugadores, presidente y entrenador y corrió la sidra. Una locura similar se vivió en Luanco, con una verbena que enlazó con la llegada de la expedición luanquina y con el inevitable remojón de los ídolos en la fuente. Los días siguientes fueron intensos, con ofrendas al Cristo del Socorro, patrono de Luanco, recibimiento oficial en el Ayuntamiento de Gozón, y en la sede del gobierno regional con el presidente, Sergio Marqués. "Parecíamos el Sporting cuando subió, con la gente rodeando el autobús y un ambiente impresionante. Después nos fuimos acostumbrando al ascenso y todo eso perdió porque la gente le quitó mérito. De hecho la última vez se celebró un poco en Luanco, pero muy poco", lamenta Gallego.

La repercusión del éxito fue enorme y los principales diarios deportivos nacionales se hicieron eco del ascenso de un equipo de pueblo hasta entonces desconocido. "Salió en todos los periódicos y tengo guardados los recortes porque subir a Segunda B era algo impensable. Fue muy grande aquello", recuerda Gallego con emoción y con cierta nostalgia. "De aquella la liguilla dejaba beneficios porque teníamos en Miramar un mínimo de 700-800 aficionados, incluso 1.200 según el rival porque la gente quería ver a equipos como el Pontevedra, Lugo, Fuenlabrada o los filiales del Madrid y del Celta; ahora el play-off nos cuesta dinero".

En estos 20 años, la afición luanquina pudo ver en directo en Miramar a muchos jugadores, sobre todo filiales de los principales equipos españoles, que triunfaron en Primera División y en la selección nacional, como Álvaro Morata. Y muchos futbolistas que empezaron muy jóvenes en el Marino llegaron a la Liga de Fútbol Profesional como Jony, ahora en el Málaga tras pasar por el Sporting, y Javi Venta (Villarreal) como principales exponentes.

La gran satisfacción que le queda a Luis Gallego es que el Marino es el tercer equipo de Asturias durante este siglo por los resultados deportivos y durante dos años fue el segundo mejor, detrás del Sporting, al estar el Oviedo en Tercera y los luanquinos en Segunda B. "Para un pueblo de 5.000 habitantes es un mérito increíble, aunque no siempre se nos reconozca", concluyó.