A dos días hábiles del final de la temporada, el número de capturas en los ríos salmoneros asturianos está a punto de superar el de toda la anterior. El año pasado se sacaron 1.094 ejemplares. A día de ayer se alcanzaban los 1.087 con los 19 echados a tierra este martes.

Como vienen siendo habitual en esta recta final, el Sella fue el río más prolífico con 12 capturas. Tres cupos y varios familiares fueron la nota destacada de ayer en el río riosellano. Los cupos fueron en coto El Capitán para los vecinos de Cangas de Onís Armando Mori Villanueva, 1,910 kilos; su hermano Efrén, 1,350, y Ramón Villarroel Pandiella, 1,800. Otro cupo en el Golondrusu para los gijoneses Francisco Javier Fernández García, 1,800, su esposa María Angeles Doval Muñiz, 2,300, y el naveto Juan Antonio Martínez de la Roza, 3,600. Y el tercer cupo, en el coto de Soto de Dueñas, del Piloña, que sacaron los navetos José Luis Vázquez Alonso, 1,480, y sus hijos David Vázquez Gutiérrez, 1,900, y Rodrigo, 1,800 kilos. En La Uña pescó un ejemplar Guillermo Ferrao García, de Ribadesella, 1,740; en El Barreño, otro Francisco Javier Regadera Sejas, de Oviedo, 2,350, y en El Bollu pescó José Angel García Mata, de Cangas de Onís, 2,380.

Cuatro se echaron a tierra ayer en el río Narcea, a cargo de Luis de la Buelga, de Oviedo, 2,400, en El Viso; Emilio Menéndez López, de la Regla de Perandones (Cangas del Narcea), 1,680, en El Texu; Manuel Braña Cardo, de Avilés, 1,730, en la zona libre del río Nalón, y José María Fernández Fernández, de Levinco (Aller), 1,600, en el coto Juan Castaño.

Y en el Cares, que está a punto de llegar a los dos centenares, se sacaron ayer tres salmones. Lo hicieron: los ovetenses José Luis Gutiérrez Martínez, 4,650 -el mayor de la jornada- y su hijo Jorge Gutiérrez Iglesias, 2,650. Además también echó a tierra otro, un pescador cántabro que no quiere hacer públicos sus datos, 1,600.

Es probable que hoy se supere la cifra total de la pasada temporada por lo que se puede considerar la actual como aceptable con un sorprendente sprint final con mosca (o ninfa) como cebo.