El entrenador de tenis gijonés Esteban Carril está pasando unos días en casa, algo que en el último año no ha podido hacer a menudo. Esteban fue elegido como el mejor entrenador del circuito femenino el año pasado. Buena culpa de ello la tiene la progresión de la tenista británica Johanna Konta a la que el gijonés empezó a entrenar hace ahora dos años. En ese tiempo Konta pasó de estar en el puesto 157 del ranking femenino al 13.

Pero el éxito que está logrando con la británica no es el único de su carrera. Antes que con ella Carril empezó a trabajar con el español Roberto Bautista. "En 2010 me llamó Roberto y el que era por entonces su entrenador para que empezase a trabajar con ellos, acepté y a los seis meses el otro entrenador lo dejó y seguí yo", recuerda Esteban. Cuando empezó a entrenar con él Bautista estaba el 280 del mundo y tres años lo situó en el 40 y poco más tarde llegó a estar entre los 15 primeros. Fue entonces cuando Esteban recibió la llamada de la Federación Británica de Tenis y de Johanna Konta y aceptó un nuevo reto.

"Cualquier cambio pasa primero por un cambio de mentalidad, luego viene las modificaciones en las cuestiones técnicas o tácticas" señala Carril. Y así afrontó el trabajo con la británica. "Mejoró mucho la derecha, también en su juego defensivo, es más solida y constante en su juego y éste es también más variado", dice. Entrenar con Esteban Carril supuso que Konta viniese regularmente a Gijón porque paralelamente Esteban mantenía un escuela de tenis en las instalaciones del Centro Asturiano de La Habana. "Le gusta mucho venir a aquí a entrenar y lo sigue haciendo de vez en cuando", cuenta. En estos momentos Konta está disputando los Juegos Olímpicos.

Sin embargo no todo fue positivo en los últimos meses. Paralelamente a su trabajo como entrenador de Bautista primero y de Konta ahora, Esteban tenía una academia de tenis con cerca de 200 alumnos funcionando en las pistas del Centro Asturiano de La Habana en Mareo. La definitiva absorción del Centro por el Grupo Covadonga supuso que la academia tuviera que cerrar. "Fueron seis años de un trabajo muy intenso pero desde el primer momento lo hicimos con la incertidumbre de no saber que iba a pasar con la fusión. Quisimos centrarnos en el día a día y en trabajar con los alumnos porque la decisión final no estaba en nuestras manos", señala Carril.

A pesar de este revés Esteban sigue empeñado en "aportar un granito de arena por el tenis en Asturias". No será fácil y mientras tanto Carril preparará las maletas para marchar a Cincinnati ya que ese es el próximo torneo que disputará Konta en cuanto acabe la competición de tenis en los Juegos. El objetivo para lo que queda de año es que la británica juegue el máster.