Varios deportistas gijoneses parece que se han puesto de acuerdo para afrontar este mes de agosto diferentes retos en Estados Unidos. Al ya anunciado intento (LA NUEVA ESPAÑA, 21 de julio) de la nadadora Ana Villanueva de hacer la travesía entre la antigua prisión de Alcatraz y San Francisco se une ahora el intento de los hermanos Prieto de completar las 100 millas de Leadville.

Lorenzo y Carlos Prieto son dos hermanos gijoneses que en estos momentos por razones laborales se encuentran fuera de la región. Lorenzo en Alemania donde trabaja en la Agencia Europea de Seguridad Aérea y Carlos en Madrid en una empresa relacionada con el sector químico. Ambos, y a pesar de la distancia que les separa, preparan su participación como equipo en el ultratrail de las 100 millas de Leadville en Estados Unidos que tendrá lugar el próximo día 20 de agosto.

Los dos practicaron diversos deportes en su juventud aunque Lorenzo lo hizo con más intensidad en fútbol y Carlos en balonmano. Sin embargo y tras superar su etapa educativa se empezaron a interesar por el atletismo y más concretamente en las pruebas de fondo "yo con medias maratones y maratones hará cosa de diez años" recuerda Carlos quien señala que "Lorenzo empezó directamente con las grandes distancias". Juntos realizaron en 2014 la maratón de Nueva York y también carreras de más de 100 kilómetros. Así Lorenzo tomó parte en el mítico ultra del Mont Blanc. Con el gusanillo metido en el cuerpo y tras una primera experiencia en las 100 millas de la Western States Endurance Run, también en Estados Unidos, decidieron apuntarse como equipo para las 100 millas de Leadville "no son muchas plazas así que hay un sorteo y tuvimos suerte así que iremos a correrla".

Este ultratrail se desarrolla en las Montañas Rocosas, el pueblo de Leadville es la típica localidad minera del medio oeste americano y el de mayor altitud de todo Estados Unidos, 3.081 metros sobre el nivel del mar. "Precisamente la altitud es una de las mayores dificultades de la carrera porque prácticamente las 100 millas (casi 170 kilómetros) son todas ellas en el entorno de los 3.000 metros lo que disminuye en más de un 30 por ciento el oxígeno en el aire" advierte Carlos. "El objetivo es acabar porque las condiciones son muy duras tanto por la distancia como por la altitud, correr con un 30 por ciento menos de oxígeno será una exigencia física muy dura" señala el gijonés. Otra de las dificultades será la temperatura que en los mejores momentos rondará los 14 o 15 grados y que por la noche baja mucho más. Separados por miles de kilómetros preparan cada uno por su lado esta competición entrenando en altura siempre que es posible para ir acostumbrando el cuerpo a la disminución de oxígeno.

Las estadísticas dicen que finalizan menos de la mitad de los que toman la salida. La organización pone un tope de 30 horas para completar el recorrido. El ganador se lleva una hebilla de cinturón, típica del oeste, de oro, los que finalizan en menos de 25 horas la llevan de plata y los que acaban dentro del horario señalado una de bronce. Son muy pocos los españoles que han participado en esta prueba y Lorenzo y Carlos quieren que sus nombres figuren en esa selecta lista.