La selección argentina de balonmano volvió a quedarse otra vez a las puertas, tal y como ya le pasó hace cuatro años en Londres, de los cuartos de final del torneo olímpico, tras caer por 22-18 ante Qatar, en un encuentro en el que los argentinos se estrellaron con el portero Danjel Saric.

Si la mala puesta en escena tanto en la primera como en la segunda mitad fue lo que acabó con el sueño olímpico de los "gladiadores" en la capital británica, tras perder por 25-23 ante Túnez en el partido decisivo, ayer en Río el máximo responsable de la eliminación de Argentina fue Danjel Saric.

El guardameta de origen bosnio se convirtió por momentos en un muro inexpugnable para los jugadores argentinos, que una y otra vez se toparon con la imponente figura de Saric.

Una circunstancia que permitió a Qatar, dirigida por el entrenador español Valero Rivera, y con el asturiano Borja Fernández en sus filas, adquirir una renta de cuatro goles de mano que al final sería la que marcaría las diferencias en un partido muy disputado. Alemania es la próxima rival del equipo qatarí.