He vuelto a disfrutar con la selección española de baloncesto.Y creo que es porque ellos también lo están haciendo sobre la cancha. Se nota.El partido de los chicos contra Argentina así lo ha demostrado.
En el deporte, como casi todo en la vida, el estado de ánimo es fundamental. Ante la selección albiceleste España demostró que ahora mismo es feliz.La fe, como dicen, mueve montañas y parece que ahora los de Sergio Scariolo se han recuperado tras un inicio más que dubitativo.
Se palpa en las caras de los jugadores alegría.No existe la desesperación, no se ve un mal gesto, no hay desánimo. Algo que propicia que la moral se eleve y las canastas entren mejor. El ambiente ha cambiado en la selección.
Frente a Lituania se abrió ese camino con una victoria de 50 puntos de diferencia y ante Argentina la trayectoria ascendente continuó.Recuperado el nivel, Francia aguarda en los cuartos. Con esta confianza en el juego y en el equipo -todos están empezando a aportar-, siento que España puede ganarle a cualquiera que se ponga por delante. A cualquiera, sí.
El cajón de las medallas se asoma cerca, a un solo partido, y con el emperador Pau Gasol al frente volveremos a disfrutar. Este grupo se lo merece.
