Todo empezó en Curitiba hace tres lustros. Corría 2001 y en la ciudad brasileña se celebró el Campeonato del Mundo Júnior de aguas tranquilas. El asturiano Javier Hernanz conquistaba la medalla de bronce en K-1 1.000 metros; así como también la presea de plata en K-4 1.000 metros, barco en el que el palista de Arriondas formó tripulación junto a Francisco José Morales, el también asturiano Javier Fernández Castañón y el ilerdense Saúl Craviotto. Como técnico del equipo nacional estaba otro asturiano, el gozoniego Miguel García, que ahora está en Brasil al frente del K-2 formado por Craviotto y Cristian Toro.

Aquella cita brasileña fue la primera gran experiencia internacional para unos mozalbetes que, pese a los avatares de sus trayectorias deportivas, vuelven a tener como epicentro el país carioca, en Río de Janeiro, apenas a 850 kilómetros de Curitiba. Sólo Javi Hernanz y Saúl Craviotto siguen al pie del cañón, en la cresta de la élite del piragüismo: el asturiano, como marca del K-4 1.000 metros, ahora en compañía de Rodrigo Germade, Óscar Carrera e Íñigo Peña; mientras, el catalán afincado en Asturias, en K-1 200 (vigente subcampeón olímpico) y en K-2 200 metros, en ésta modalidad junto a Cristian Toro.

Detrás de ellos se encuentran unos grandes técnicos, Luis Brasero y Miguel García, que les han sacado el máximo rendimiento con el objetivo de alcanzar el Olimpo en Río-2016 en sus respectivas modalidades. Saúl ya lo conquistó en Pekín-2008, en K-2 500 metros, proclamándose campeón con Carlos Pérez Rial ("Perucho"), teniendo a Miguel García de entrenador, el mismo que le guió en Londres-2012, y que, igualmente, lo hace en Brasil. El luanquín fue uno de los integrantes del K-4 1.000 que obtuvo diploma olímpico en los Juegos de Atlanta-96, la última vez que España estuvo representada en esa modalidad y distancia.

El piragüismo español espera incrementar el medallero en estos Juegos Olímpicos de Río. Un deporte minoritario, pero con innumerables éxitos. No se mueven contratos "galácticos", sino todo lo contrario. Además, muchos deben autofinanciarse si quieren defender los colores de la selección española en Europeos, Copas del Mundo y Mundiales. Es la otra cara del piragüismo español, la triste realidad de costearte los gastos que conlleva representar a tu propio país. Algo habrá que hacer para mejorar las cosas en cuanto ayudas e infraestructuras.