Miguel García, el entrenador asturiano de Saúl Craviotto en sus tres participaciones olímpicas, le costaba enconterar palabras para definir la gesta de su palista: "Sabía que estaba muy fuerte y que se había recuperado bien, pero no deja de sorprenderme. Es un fenómeno y cuando se pone a trabajar no hay quien lo pare. Si se empeña estará en Tokio y con opciones de más medallas".