La rítmica española volvió ayer al podio olímpico, veinte años después del oro de Atlanta 96, con la medalla de plata conseguida por un conjunto que firmó un soberbio ejercicio mixto de aros y mazas y sólo sucumbió en la apretada final ante la enésima muestra de maestría del equipo ruso, oro por quintos Juegos consecutivos. Las españolas terminaron primeras la rotación inicial, con las cintas, y las rusas cayeron a una insólita tercera plaza tras perder un aparato al comenzar su ejercicio, pero remontaron con una milimétrica ejecución en el ejercicio mixto, el mejor que se ha visto en todos los Juegos.

Rusia ganó el oro con 36,233 puntos, España la plata con 35,766 y Bulgaria el bronce con los mismos puntos, aunque quedó en tercera plaza por tener menor nota de ejecución. Alejandra Quereda, Lourdes Mohedano, Elena López, Sandra Aguilar, toda ya "conjunteras" en los Juegos de Londres, y la debutante Artemi Gavezou forman un grupo de gimnastas ya maduras que dieron por bien empleada la decisión de aguantar un ciclo olímpico más para intentar quitarse el mal sabor de la cuarta plaza de Londres. Como para confirmar el acierto, la coreografía flamenca en el ejercicio mixto de aros y mazas que cerró su ejecución fue jaleada con "olés" por el público del Arena Olímpica de Río.

Con el difícil papel de abrir la final, el conjunto que entrenan Anna Baranova y Sara Bayón empezó clavando de nuevo, como en la ronda previa, su ejercicio de cintas: un 17,800 premió la ejecución limpia de una composición llena de riesgos, con lanzamientos al límite a los que las gimnastas siempre llegaron.

Una caída de cinta nada más comenzar su presentación le puso las cosas difíciles a Rusia, pese a un ejercicio atrevido, dinámico y pensado para el lucimiento de su buena base de baile. La nota de dificultad igualó a la de España, 8,900, pero la de ejecución estuvo dos décimas por debajo, 8,700. El total de 17,600 las colocó segundas. Pero Bulgaria, último grupo en actuar, tomó posiciones con unas cintas de enorme exigencia, mucho mejor presentadas que en la ronda previa. Adelantó a Rusia con sus 17,700 y dejó las posiciones de podio en un margen de sólo dos décimas.

España volvió a abrir con el mixto de aros y mazas y estuvo de nuevo soberbia, con la expresividad de Alejandra Quereda y de Lourdes Mohedano como proa de la coreografía flamenca que ofrecieron. El 17,966 igualó la buena nota de la preliminar.

Las rusas tenían que hacer una gesta para volver a lo alto del podio y la hicieron. Su ejercicio de despedida fue un engranaje perfecto de dificultades, riesgos, recogidas sin un paso de más, belleza y dominio escénico. Una coreografía valiente y novedosa dio al bloque una impresión de total perfección, que los jueces premiaron con un 18,633, la mejor nota de la final.