El Madrid de Zidane mantiene su estado de gracia. Con la victoria ante el Celta el pasado sábado los blancos ya llevan 14 victorias seguidas en la Liga, a sólo una de su récord absoluto, que establecieron en la temporada 1960-61. La diferencia en todo caso es que aquel Madrid ganó aquellos 15 partidos en el transcurso de la misma temporada, mientras las victorias de esta racha se reparte entre la pasada temporada, 12, y ésta.

Cuando Zidane cogió al Madrid la pasada temporada el equipo blanco estaba prácticamente desahuciado para la lucha por el título de Liga; sin embargo, su fenomenal racha y una entrada en crisis del Barcelona metió de lleno a los madridistas en la pelea por el torneo de la regularidad. Los azulgrana acabaron imponiéndose al final, pero los madridistas siguen con su racha.

En la primera jornada de esta Liga el Madrid venció en Anoeta a la Real Sociedad por 0-3. Más dificultades tuvo hace un par de días para deshacerse de un Celta que estuvo a un gran nivel. Al final, una acción de alta precisión de Kroos salvó la racha al establecer el 2-1 definitivo. El Madrid ha superado por otro lado con toda solvencia en cuanto a resultados la ausencia de Cristiano Ronaldo.

El delantero portugués está de baja desde la final de la pasada Eurocopa, cuando resultó lesionado en una dura entrada de Payet. Ronaldo ya podía estar en condiciones para esta jornada, pero el Madrid ha preferido reservarlo para evitar que fuese convocado con su selección y así reducir riesgos de recaída.

Ronaldo reaparecerá, si nada se tuerce, en la próxima jornada de Liga (sábado 10), en la que el Madrid jugará de nuevo en casa, ante Osasuna, en la vuelta al Bernabeu del equipo pamplonica en su regreso a Primera.

Para superar la ausencia de un jugador con capacidad intimidante como mínimo como Cristiano Ronaldo, el Madrid ha contado con un esfuerzo extra de un jugador en cada uno de los partidos disputados hasta ahora.

En Anoeta fue Bale el gran triunfador, el que hizo olvidar por completo al portugués, con dos goles, uno al principio y otro al final, y el sábado destacó Modric a la hora de armar al equipo. El croata reaparecía a su vez después de no haber podido jugar en la primera jornada por arrastrar un partido de sanción de la pasada temporada.

El equipo de Zidane se está caracterizando por una capacidad de pelea y lucha como hacía tiempo que no se veía en el Madrid. No hay brillantez en especial pero sí mucho sacrificio. El francés premia esta cualidad y así lo puso de manifiesto al final del partido con los vigueses al señalar que James se queda.

El colombiano, al que se veía más fuera que dentro, ha convencido al francés, al que le ha ganado el entusiasmo con el que se empleó ante el Celta. James mostró con su empeño que quiere quedarse en el Madrid y Zidane aceptó su envite, siempre y cuando los designios del presidente, Florentino Pérez, no vayan por otro lado.

De momento, Zidane sigue acumulando crédito. Ganó la Liga de Campeones y no falla en la Liga.