Ni el cansancio ni las bajas pueden con el sueño mierense. El Caudal se clasificó para la tercera ronda de la Copa del Rey tras eliminar al Lleida en toda una demostración de calidad, ambición y carácter competitivo. Fue una primera parte primorosa de juego en la que pudieron sentenciar a un cuadro ilerdense que estuvo al antojo de los de Iván Ania y una segunda en la que les tocó defender ante un equipo visitante que llegaba descansado al sólo haber jugado un duelo en las últimas dos semanas por los tres de los blanquinegros.

Mieres sueña con una gesta en la Copa. Los aficionados y los jugadores blanquinegros eran conscientes de que si eliminaban al Lleida el sueño de poder ver en el Hermanos Antuña a un conjunto de la élite estaría cerca. Ni el cansancio de haber disputado tres partidos en poco más de una semana, dos ante el Burgos y el derbi contra el Lealtad, ni las bajas que afectaron a un plantel corto además de medirse a un rival que el pasado curso se quedó a un paso del ascenso a Segunda fue suficiente para apartar al Caudal de su particular sueño.

Los de Iván Ania volvieron a ofrecer un recital de fútbol ofensivo en un primer acto de alto nivel. No sólo por el dominio aplastante sino por la categoría del rival. El Caudal pese a que Ania dio entrada a todos los suplentes del pasado domingo rayó a altura. Pelayo puso el candado en el lateral diestro, Colo fue un coloso en defensa, David González puso el "tempo" en la medular y Quero fue un estilete por la derecha. Estos "suplentes" demostraron su gran nivel ante todo un Lleida que estuvo a merced mierense.

En el minuto seis ya avisó Quero con un disparo cruzado pero fue en el 12 cuando Annunziata perdonó el gol. Iván Fernández luchó hasta la extenuación un balón que parecía que se perdería por la linea de fondo pero lo cortó y el rechace le llegó a Roni quien cedió para la llegada en segunda linea de Annunziata pero su disparo cruzado lo detuvo Campos.

Estas dos acciones no amilanaron a un Caudal que siguió dominado a sus anchas y al ritmo que imponía Óscar Pérez hasta que en el minuto 27 llegaría la jugada clave. En un rechace de la zaga ilerdense Noel disparó sobre la meta de Campos pero el esférico lo desvió con toda la intención David González para subir el que sería el tanto del triunfo.

Gustavo Siviero no entendía nada desde el banquillo del Lleida porque el Caudal pudo hacer la sentencia dos minutos más tarde cuando en una falta botada por Quero y un mal despeje de Quintillá, Noel Alonso voleó franco desviado. El 2-0 rondaba la meta ilerdense y para fortuna del técnico visitante se llegó al descanso.

En la reanudación parecía que todo seguiría igual pues Quero penetró por la derecha pero su centro cruzado no lo pudo conectar en boca de gol Roni. Esta fue la última acción relevante de un Caudal al que la gasolina se le acababa. Según se quedaba sin oxígeno apareció el Lleida para demostrar el nivel que se le presuponía. Se hicieron con la manija pero los de Ania mostraron su otra versión. Esta que tan pocas veces se les ve pero apelaron al su carácter competitivo para cerrar el duelo. El Lleida disparó su primer tiro sobre la meta de Bussman en el minuto 77 en lo que fue un espejismo pues el Caudal no les concedió una sola ocasión para sellar un histórico pase a la tercera ronda donde pueden quedar exentos para regocijo mierense.