Un pedacito de la medalla de bronce de Carlos Coloma en mountain bike en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro es de Avilés y, ayer en la ciudad asturiana, el ciclista riojano recibió el cariño de los miembros de su equipo el MMR Racing Team, que tiene su sede junto a la ría. Para él, el pedacito avilesino es muy grande: "Tengo que agradecer a MMR su apoyo en estos últimos 3 años de mi carrera deportiva, que ha sido pilar fundamental de este broche de bronce, que para mí es de oro. Hemos trabajado muy duro para hacer la bicicleta cada vez más competitiva. La palabra equipo la forma desde los que están detrás, el staff, la bicicleta, los componentes... para conseguir algo tan grande todo tiene que ir de la mano", afirmó el corredor ayer en las instalaciones de fabricación de bicicletas de MMR.

En la fábrica, estuvo con sus compañeros de equipo, el argentino Catriel Soto y el español David Valero, que también compitieron en Río, además del joven Pablo Rodríguez, que también se hizo con un podio internacional, en una excelente temporada para el joven equipo avilesino. "Pablo Rodríguez se merecía estar en Río, tenía más que merecida la plaza, pero solo había tres, le hubiese venido muy bien la experiencia. Valero estuvo rozando el diploma en los Juegos y Catriel estoy seguro de que hubiera estado ahí peleando por el diploma también de no ser por el pinchazo. Los podios en Copa del Mundo de Valero y de Pablo (en su primer año de élite), el título del Campeonato Panamericano de Catriel... Y me puedo alargar más, porque la temporada del equipo ha sido brillante", recordó el bronce olímpico. Y es que, él mismo quiso extender su homenaje a todos los que trabajan desde la factoría de Avilés e insistió en acordarse de ellos en varias ocasiones.

Aquel 21 de agosto, no se le borrará a Coloma de la cabeza nunca. "Era impensable que me saliera una carrera así, era el día, estaba marcado así. No es que no me lo crea, porque he trabajado muy duro para ello, pero parece increíble". Todavía recuerda que fue una carrera dura: "Estoy muy contento, no podría haberlo soñaodo, pero hubo momentos que sentía que podía pelear por el oro. En la primera vuelta ya vi que tenía piernas para hacer cualquier cosa. Iba con el francés Morotte -que finalmente fue cuarto- y estuvimos toda la carrera a veinte o treinta segundos de la cabeza, pero en ningún momento me ayudó, para que los dos hubiesemos llegado a la lucha en cabeza. Me limitó al bronce", sentenció el ciclista.

Fue el gerente del equipo, Bruno Prieto, el que le preguntó que se le pasó por la cabeza veinte segundos antes de la salida de la carrera: "Muchas cosas. Sabía que era mi día, siempre lo piensas cuando llega un momento así, pero ese día sentía algo especial", acertó a decir antes de que la voz se le quebrara por la emoción. Y es que lo que se le pasó por la cabeza no es otra cosa que todo el trabajo que tenía detrás y toda la gente que le ha apoyado. En ese tiempo anterior tiene mucho que decir MMR. Coloma se lesionó en 2013 en un hombro, una lesión con la que no sabía se iba a poder volver a montarse en una bicicleta, por aquel entonces apareció en su vida MMR y la confianza le ha llevado no solo a volver a subirse a la bicicleta, sino también le empujó hasta Río, donde él hizo lo suyo para llegar al podio.

Tras lograr una medalla olímpica, el corredor de MMR no se conforma y ya piensa en la siguiente meta: "Lo primero hay que tener los pies en el suelo, porque el nivel que hay en el ámbito mundial es algo brutal, pero, al final, cuando has conseguido algo tan grande, lo que hace es convencerte de que puedes estar ahí, sobre todo viniendo de un año en blanco como el que tuve yo. El siguiente objetivo es luchar por el campeonato del Mundo en Australia el año que viene", afirmó Coloma.