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Un debut muy especial

"Todos en el vestuario me daban ánimos y me decían que me tranquilizara", asegura Rubén, portero juvenil del Caudal

Rubén Díaz se prepara para saltar al terreno de juego tras la expulsión de Bussman. J.R. SILVEIRA

Cuando Rubén Díaz Cimadevilla recaló en las filas del Caudal de Primera juvenil este verano, no se imaginaba lo que le iba a suceder el pasado sábado. El portero, con 17 años de edad, debutó ante la Ponferradina tras la expulsión de Bussman en el minuto 40 de partido. "Estoy muy contento, todavía no me creo que haya jugado en Segunda B", destaca.

El meta aterrizó en Mieres este verano procedente del juvenil del Covadonga, de Liga Nacional. Sin embargo, Ania le citó durante la primera semana de pretemproada para entrenar con el primer equipo y ante la lesión de Bussman, fue convocado con el Caudal para el estreno liguero ante el Racing de Ferrol. La sanción de Chechu Grana de dos partidos propición que Rubén viajase a Tudela como portero suplente. El pasado sábado, tras la roja directa a Bussman le tocó debutar en la categoría de bronce.

"Estaba tranquilo viendo el partido en el banquillo y cuando expulsan a Bussman, solamente pensaba en salir y hacerlo lo mejor posible, como si estuviera con el juvenil", destaca Rubén. Ania pronto tomó las riendas de la situación y se dirigió al joven portero. "No hizo más que darme ánimos", recuerda Rubén.

Todo cambió cuando entró en contacto con el balón. La Ponferradina envió fuera la falta tras la infracción de Bussman y Rubén tuvo que sacar de puerta. "En los minutos finales de la primera parte me sentía realmente contento", apunta.

En el vestuario, jugadores y técnicos del Caudal arroparon al chaval. "Todos me decían que me tranqulizara". En la segunda parte, sucedió lo que nadie quería. La Ponferradina le dio la vuelta al marcador. "Estábamos con uno menos y tratando de defender un resultado a favor", asegura el cancerbero. Los bercianos realizaron tres sustituciones ofensivas. "No paraban de meter gente al área", rememora el portero.

Los dos tantos de la Ponferradina llegaron en un breve lapso de tiempo. "Eso es lo que más rabia me da, que fueran dos goles tan seguidos", admite Rubén. Además, en el minuto 55 de partido, Ríchard le envía un balón al cancerbero, que tuvo el atrevimiento de regatear a Figueroa, delantero de la Ponferradina, antes de entregársela a Súper. "Cuando me doy cuenta, tengo al rival encima y tengo que quitármelo como pueda", explica.

Tras conseguir el empate, y tras el pitido final, el joven portero recuerda un abrazo especial. "Fue el de Jaime", expone. El mediapunta del Caudal fue el entrenador de Rubén en el equipo cadete del Covadonga. El sábado fue su compañero.

Pese a su debut en categoría de bronce, Rubén mantiene los pies en el suelo. "No sé cuando volverá a repetirse esta oportunidad, debutar en Segunda B es algo impresionante", destaca. Sin embargo, es consciente de cuál es su lugar. "Mi realidad actual es el equipo juvenil del Caudal, lo que quiero es conseguir el ascenso a Liga Nacional", apunta el cancerbero de 17 años.

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