Han pasado más de 550 días desde que el Langreo dejara escapar tres puntos de su feudo. El pasado 4 de abril de 2015, el equipo langreano sucumbía ante el Sporting B. Aquella fue la última ocasión en la que los jugadores del Unión se iban de vacío de su casa. Una derrota por la mínima merced a un tanto de Tato en los instantes finales del partido. Desde entonces, ningún rival ha sido capaz de obtener los tres puntos en un campo que se ha convertido en territorio inexpugnable.

Desde entonces, los langreanos han disputado un total de 33 partidos en su cancha, con un balance de 26 victorias y únicamente siete empates. El equipo se ha blindado en Ganzábal. Los dos últimos encuentros, ante equipos punteros de la categoría, así lo refrendan.

El Langreo vencía anteayer a un Covadonga que acudía a Ganzábal con la condición de colíder y de invicto. Ni el hecho de haber sumado todos sus puntos como visitante fue suficiente para no caer en el estadio del Langreo.

Anteriormente, un Avilés líder se dejaba los primeros puntos de la temporada en Ganzábal. El tanto de Nacho Calvillo condenaba a los de Pablo Lago que, ni con un futbolista más durante casi toda la segunda parte, fueron capaces de sumar.

El conjunto langreano está aumentando sus prestaciones como local. Los de Hernán Pérez no han dejado escapar ni un solo punto como locales en la presente campaña. Además de los triunfos ante Covadonga y Avilés, los langreanos se impusieron con anterioridad al Tineo (3-1) y al Atlético de Lugones (4-0). El cuadro azulgrana aprovecha la efectividad en su campo para acercarse a los puestos de promoción de ascenso.