Bussman fue clave el domingo en la victoria del Caudal ante el Somozas por 2-0. El meta alemán detuvo dos mano a mano en el primer acto cuando el resultado era de empate a cero que mantuvieron con vida a los de Iván Ania, para que en el segundo tiempo, gracias al acierto de Annuziata y Braulio pudieran sumar tres puntos ante un rival directo por la salvación.
El alemán es un hombre tranquilo. Una serenidad que transmite en el campo, no sólo con su valentía y eficacia jugando el balón con los pies, sino con la tranquilidad en todas sus acciones, pero es que además cuando es uno de los protagonistas rehuye de todo egocentrismo. Ya la pasada temporada, cuando rompió el récord de imbatibilidad de Tercera y fue el meta menos goleado del país, Bussman siempre se apartó de los focos señalando que "apenas me tiran a portería" pues ante las paradas ante el Somozas vuelve a hacer un ejercicio de honestidad y evitar el protagonismo: "Ese es mi trabajo, para eso estoy en el Caudal para detener esos balones". El único momento en el que se muestra efusivo es cuando confiesa que "fue bonito ganar porque en la grada estaban mis padres que han venido a verme y se que a ellos les dio mucha alegría".
Bussman cree que " en el primera parte sufrimos, no estuvimos cómodos pero en la segunda el juego se niveló y tuvimos la fortuna de ganar". El domingo tendrán una cita decisiva en la visita al Coruxo en un partido "que tenemos que ganar porque es otro rival directo para evitar el descenso".
