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Culé Moyáu

El hombre que mató a Manolete

La capacidad del Barça para humillar a sus rivales y a las aficiones de sus rivales parece que no tiene límites. Los jugadores del Barça ya no sólo se conforman con pegar cabezazos a las botellas de agua que el público lanza al terreno de juego como si fueran flores, no sólo celebran los goles en el último minuto y de penalti (justo) con la misma alegría que si celebraran goles en el último minuto y de penalti (justo), no sólo insisten en no imitar los elegantes y contenidos gestos de Cristiano Ronaldo después de marcar un gol, no sólo se pasan el balón entre ellos de forma que acaparan el juego y las miradas de los espectadores sino que, y esto ya es el colmo, se permiten el lujo de humillar al Granada dejándoles vivos en la primera parte para que crean que pueden puntuar en el Camp Nou. La victoria por un raquítico 1-0 ante el Granada es una genial vuelta de tuerca en el arte de la humillación porque, la verdad, eso de ganar 5-0 o 7-0 ya está muy visto. Si el Barça hubiera ganado 5-0 al Granada, todos dirían que trató al farolillo rojo de la Liga con el respeto que se merece. Pero no. Este Barça es insaciable en su desprecio al rival. 1-0 y nada más. Qué humillación. Qué prepotencia. Qué arrogancia.

Y aún hay más. Neymar hizo un control de rabona, todavía con 0-0 en el marcador, con el que quiso burlarse de la defensa granadina. Ter Stegen, ese chulo, sólo se dignó a tocar el balón con las manos un par de veces. Busquets calentó el banquillo, para demostrar que el Barça no respetaba al Granada. La afición culé celebró el gol de Rafinha con una alegría sospechosa, yo diría que irónica, como si se estuviera mofando del Granada, como si con sus aplausos dijera "ahí queda eso, pringados, marcamos cuando nos da la gana y como nos da la gana". Luis Suárez, sobradísimo, falló varios goles a propósito y se fue enfadado a banquillo porque no pudo fallar más. ¿Se fijaron en Umtiti? ¿Quién se ha creído que es? ¿Y qué me dicen de Luis Enrique, moviéndose por el área técnica y dando órdenes a sus jugadores como si fuera el entrenador del Barcelona? Hay que hacer algo. Tebas, ese fino psicólogo, debe tomar medidas contundentes para frenar al Barça. Castigar los caños de Neymar. Anular todos los goles de Messi. Penalizar la posesión de balón. Prohibir los abrazos después de los goles. Cerrar el Camp Nou. Obligar a Denis Suárez a cambiar de peinado. Lo que sea.

Por cierto, Piqué ni siquiera estaba convocado. Dice que está lesionado. Siempre provocando. Qué podríamos esperar del hombre que mató a Manolete.

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