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A José Luis Sáez hay que darle de comer aparte

Klose, con el trofeo de la Copa del Mundo de 2014. EDDIE KEOGH / REUTERS

Los detalles conocidos la semana pasada sobre los gastos sin justificar del anterior presidente de la Federación Española de Baloncesto provocan vergüenza ajena. Resulta que José Luis Sáez se pegaba la vida padre a cuenta de un organismo subvencionado con dinero público, por mucho que durante su etapa se disparasen los ingresos por patrocinio. Sólo en restaurantes, según la auditoría encargada por el Consejo Superior de Deportes, Sáez cargó a la federación más de setecientos mil euros en los cuatro últimos años de su mandato, entre 2011 y 2014. A un establecimiento de la calle donde vivía en Madrid le tocó el gordo, ya que facturó 226.000 euros. En el colmo de la caradura, Sáez pasaba al mismo tiempo dietas por desplazamiento y gastos de manutención. El dirigente siempre podrá presumir de que estuvo al frente de la federación en la edad de oro del baloncesto español, pero cuando haya que hacer memoria será mejor acordarnos de Pau Gasol y compañía. Porque lo de este hombre es para echarle de comer aparte.

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