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La pizarra

El segundo tiempo es el camino

Las tres fases del partido ante el Lugo y la gran reacción del Oviedo tras el descanso

El segundo tiempo es el camino

El empate deja al equipo segundo en la tabla y deja también varias lecturas dentro de un mismo partido. Yo vi hasta tres fases diferentes dentro del encuentro. En los primeros diez minutos el Oviedo estuvo bien, me gustó, se jugó a lo que él quería. El Oviedo sabía que el campo no estaba bien y que al Lugo le costaría hacer las transiciones en ese terreno de juego. El Lugo es el equipo de Segunda que más le gusta pasar la pelota por todas las líneas. El Oviedo lo sabía y decidió apretar arriba desde el principio. De hecho, en esos primeros diez minutos robó un par de balones que pudieron acabar en gol. Creó peligro con esa fórmula. Esa fue la primera fase del partido.

La segunda empieza con el gol del Lugo, un hecho que cambia la dinámica del partido. Esa es la peor parte del Oviedo en el encuentro. Te meten un gol y no puede afectarte tanto. Porque al Oviedo, a pesar de que llegaba en racha y la confianza a tope, le costó reaccionar. El Lugo se hizo con el mando desde ese momento, jugó muy cómodo, aprovechando que el Oviedo tuvo dudas y dio un paso atrás. Incluso pudieron meter el segundo en una ocasión clara de Joselu, pero no lo hizo y al descanso solo había un gol de diferencia.

La segunda parte es completamente diferente, es la tercera fase del partido, en la que el dominio del Oviedo es muy claro. Todo lo que hizo el equipo de Hierro en esa segunda mitad es el camino a seguir en el futuro. El Oviedo estuvo francamente bien, acertó en todo. No es que tocara más que de costumbre el balón pero sí supo cómo emplear la pelota. La fórmula fue llevar el balón rápido al campo contrario y así dominar al Lugo. Los centrales, Verdés y David, estuvieron soberbios en la vigilancia, porque esa forma de jugar tenía riesgos.

Fue seguramente el partido en el que los azules pusieron más centros al área rival. Los centrales visitantes se encargaron de vigilar a Toché y ahí sí que eché en falta más incorporaciones de los volantes, Rocha y Erice. Quizás si Michu hubiera estado en el campo las cosas hubieran sido diferentes porque Miquel y Djalo no lo hubieran tenido tan sencillo. El resto fue sobresaliente. Cuando tuvo el balón jugó con criterio pero el mayor mérito de este Oviedo es el trabajo defensivo. Lo que mejor hace es apretar tras una pérdida. Eso es lo que le dio el domingo continuidad al juego. El equipo estaba perfectamente colocado y fue solidario. Esa fórmula le está dando puntos: maneja a la perfección ese cambio de chip cuando pierde la pelota y toca juntarse y sufrir.

Además, esa forma de jugar también contagia al Tartiere, le mete en el partido porque transmite cosas. Incluso hubo un arreón final que no lo habíamos visto hasta ahora.

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