Pablo Hernández es un seguro para el Marino. El centrocampista candasín es el único que jugó todos los minutos en Liga desde el inicio del campeonato y un hombre básico en el esquema de Pulgar. Una circunstancia que él achaca, sobre todo, "a que estoy teniendo suerte con las lesiones" a diferencia de otros compañeros como Llerandi, Geni o Álvaro Pozo, y porque "tengo la confianza del técnico, y eso se agradece".

El candasín tampoco está al cien por ciento físicamente porque tiene problemas con un hombro. "Se me sale cada poco, pero se coloca en el momento y aunque es incómodo para jugar no me obliga a parar". Este año ya le pasó en media docena de partidos y asume que tendrá que pasar por el quirófano. "Yo me tenía que haber operado en verano, pero con el disgusto de la eliminación en Gavá me olvidé del fútbol, del hombro y de todo, pero ya no hay solución. Tiene que ser".

El equipo luanquín sufrió una profunda renovación este año con la llegada de catorce jugadores nuevo más el técnico, Adolfo Pulgar, pero el equipo se rehizo de un comienzo un tanto irregular y es séptimo con 25 puntos, a dos del play off. "Yo estaba seguro de que íbamos a competir bien, no me pilla de sorpresa porque la gente que vino es muy buena. El Marino tiene que estar ahí siempre y el objetivo es entrar en liguilla y luego intentar el ascenso". El título otorga una doble ocasión para subir, aunque Pablo afirma que no es el objetivo prioritario pero, añade, "si cuando queden pocos partidos se puede lo pelearemos hasta el final".

Y es que el jugador azulón tiene clavada una espina tras jugar tres fases de ascenso con el Candás, Condal y el Marino y no pasar de la primera fase. "Si este año nos metemos me quitaré de en medio para que los compañeros lo consigan", bromea.

Pablo hace un buen balance de lo que va de Liga y ve al Marino peleando por todo. "Estamos cerca de los cuatro primeros y cada partido vamos a más porque cada vez entendemos mejor lo que quiere el entrenador. Tenemos plena confianza de que vamos a pelear para darnos una alegría a todos y a la afición, que lleva dos o tres años con disgustos y quiere ver al equipo en Segunda B".

De momento marcó un gol que valió tres puntos ante el Avilés y a nivel personal se marca el objetivo de lograr muchos más y de superar los cinco que marcó el pasado año. "Es poco bagaje para lo que tendría que tener. Quiero meter muchos más porque tengo la confianza del técnico, que me pide que llegue y tengo que corresponder a esa confianza".

Entrenamiento en Candás. La plantilla vuelve esta mañana al trabajo (10.30 horas) en el anexo de La Mata (Candás), un sintético que está en mejores condiciones que Balbín. El presidente, Luis Gallego, hizo las gestiones oportunas ante el Ayuntamiento de Carreño para poder utilizar las instalaciones en lugar de ir al Tragamón (Gijón), que era lo habitual en las últimas temporadas.

Pozo y Pevida, con pubalgia, y Llerandi, con una contractura en los isquiotibiales, van a entrenar a menor ritmo y Geni es baja.

El Marino visita el próximo domingo (12.00 horas) al Llanera en el Pepe Quimarán con el objetivo de ganar tras perder con el Covadonga (1-2) porque, como señala Pulgar, "un equipo que quiera estar arriba no puede perder dos partidos seguidos".