"Aprender y disfrutar" fue el consejo que Pablo Carreño dio en la tarde de ayer a cerca de un centenar de niños y niñas de la escuela de tenis del Grupo Covadonga con los que compartió unos minutos en un acto en el que el actual número 30 del ranking de la ATP recibió la insignia de plata del club en el que se inició.

"Siempre que vengo a Gijón es para estar con mi familia y con mis amigos pero también para estar aquí en este club que es mi segunda casa", señaló el tenista asturiano, que fue recibido en medio de un enorme griterío coreando su nombre. "No me esperaba un recibimiento así" reconoció.

Carreño acudió con el trofeo que le acredita como ganador del torneo de Moscú "un torneo que me hizo mucha ilusión porque era en superficie rápida". En su visita Carreño estuvo acompañado por buena parte de la junta directiva y fue su presidente, Antonio Corripio, el encargado de entregarle la insignia de plata del club, distinción que muy pocas personas tienen en la actualidad. "Muchísimas gracias, familia, por todo el apoyo que me dais para conseguir todo lo que estoy logrando" escribió el jugador cuando le tocó firmó en el Libro de Honor del grupo. Además, hizo entrega de una camiseta firmada y posteriormente se pasó un buen rato firmando pelotas que luego eran lanzadas a los niños que pugnaban por ellas como el mejor regalo.

"Lo primero que le pido a la próxima temporada es que me respeten las lesiones", señaló el jugador que volvió a reconocer que "ha sido la mejor temporada de mi vida". Así lo demuestra que pasó del puesto 67 en el inicio de la misma al 30 con el que acabó.

Pablo Carreño prometió a los presentes que volvería al club durante las próximas fechas navideñas, días antes de afrontar una nueva temporada en la que lo primero que tendrá que decidir es si la empieza en el torneo de Sydney o en el de Auckland, donde buscará la aclimatación necesaria para afrontar el primer gran torneo del año, el Abierto de Australia, en el que por primera vez en la historia será cabeza de serie en un torneo del Grand Slam.

"Será una temporada dura", terminó comentando el tenista gijonés, que cerraba 2016 con dos títulos ATP individuales y otros dos en la modalidad de dobles.