Si en algo coinciden los rivales que han padecido a Javier Pruneda en los castros de toda Asturias es en destacar su desmesurada ambición por seguir ampliando su palmarés. Una virtud que sin duda explica que se haya mantenido en la élite de manera ininterrumpida durante casi un cuarto de siglo y que permite a sus seguidores ver el futuro con optimismo.

Si alguien conoce cómo es Pruneda en la bolera ése es Bernardo Menéndez. El jugador de Noreña, con el que el naveto mantiene una dura rivalidad desde los años noventa, y con el cual estaba empatado a títulos regionales hasta el pasado octubre, lo tiene claro. "De joven ya iba a por todas", explica un Menéndez que valora "el mérito de mantenerse tanto tiempo arriba". El veterano campeón admite que a sus 48 años le será difícil igualar de nuevo la pugna personal que mantiene por el palmarés histórico y vaticina que el de Villa de la Sidra-Titi seguirá poblando sus vitrinas. "Tiene condiciones para seguir ganando", apunta.

En la misma línea se pronuncia el excampeón del mundo en 1987 José Alberto Menéndez, "Chiruca", que a primeros de los noventa vivió en primera persona la irrupción del de Nava en la élite de la cuatreada. "No se sabe si juega más para la mano o para el pulgar; es un depredador de éxitos que me recuerda a Cristiano Ronaldo", sostiene el gijonés.

Por su parte Sergio Hevia, verdugo de Pruneda en las finales de 2014 y 2015, prefiere destacar su lado humano. "Jugando todos sabemos lo que es, pero yo destacaría que, gane o pierda, no resta mérito al rival", asegura Hevia.