La tarde era soleada y calurosa. Alegre y luminosa como suele deparar el verano. Pero el ambiente era frío y triste, y el futuro se intuía negro como el carbón. Era sábado, 28 de junio de 2003.

Ese día, hace trece años, cuatro meses y 21 días, Oviedo y Levante disputaron su último encuentro oficial. Era la última jornada de Segunda División. El Oviedo ya estaba descendido a Segunda B y no se jugaba nada. El Levante ya estaba salvado y tampoco se jugaba nada. Por jugarse no se jugó ni en el Carlos Tartiere, clausurado días antes por una avalancha en un Oviedo-Sporting. Había 1.500 espectadores en la grada y una gran pancarta que decía así: "Jugadores de Segunda B no merecen sueldos de Primera". Las crónicas de entonces titularon que la pesadilla se había acabado. Pero no. La peor pesadilla para el Oviedo no había hecho nada más que empezar.

Aquel partido que acabó 1-2 a favor del Levante fue el último que disputó el Oviedo en el fútbol profesional antes de sufrir la etapa más negra de su historia. Un mes y dos días después de aquel duelo el equipo azul caía a Tercera División por impagos. Después vino lo conocido: los menos seis puntos, el ACF, los gatillazos de Arteixo, Caravaca o Pontevedra, la batalla política, las heridas, los ascensos frustrados, los descensos sufridos, los sueños rotos... De vez en cuando conviene mirar hacia atrás para valorar lo que se tiene. Que se lo pregunten al oviedismo.

Aquel día, el once del Oviedo elegido por Antonio Rivas, que era el entrenador -y que siguió después-, fue el siguiente: Calleja; Amieva, Raúl, Sarasúa, Gurruchaga; David Cano, Serrano; Fran, Nacho Calvillo, Manel y Geni. En el duelo también intervinieron Sergio, Idiákez y Keita.

Raúl marcó el 1-2, el gol de la consolación para un Oviedo que resultó ser inconsolable. El equipo azul no volvió a coincidir con el Levante hasta hoy. Los levantinos en ascenso directo a Primera. Los ovetenses en promoción de ascenso. Ambos luchando por la gloria muchas dificultades económicas después.

En total, Oviedo y Levante han jugado 16 partidos en Liga: 12 en Segunda y 4 en Primera. El Oviedo suma siete triunfos, el Levante cinco y hubo cuatro empates. La última victoria en casa de los azules (2-1) fue el 15 de noviembre de 1981, hace 25 años, certificada con un gol de Pedro Serrano.