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Un milagro en entredicho

El RB Leipzig, un recién ascendido fundado hace 7 años por una millonaria multinacional, comanda en solitario la Liga en Alemania

Varios jugadores de Leipzig se abrazan tras uno de los goles del partido que ganaron esta jornada 1-4 ante el Friburgo. EFE

Leipzig es una ciudad del este de Alemania con 560.000 habitantes y una enorme tradición futbolera. Allí nació la Federación Alemana de Fútbol, de allí salió en 1903 el primer campeón germano (el VP Leipzig) y allí se fijó la única sede en el este del país en el Mundial de 2006, el último celebrado en Europa. Y allí también crece el RB Leipzig, un recién ascendido que lidera la Bundesliga después de 12 jornadas invicto, tres puntos por delante del todopoderoso Bayern Munich de Carlo Ancelotti.

El del RB Leipzig es un milagro en entredicho en Alemania. Milagro porque no es habitual que un recién ascendido lidere la clasificación de una de las grandes ligas con la solvencia de un grande. Y en entredicho porque su historia, la de un equipo fundado hace siete años de la nada gracias a la inversión millonaria de una multinacional, genera rechazo en muchas aficiones que ven en el proyecto una afrenta directa a la tradición futbolística de su país.

El RB Leipzig fue creado en mayo de 2009 por la empresa de bebidas energéticas Red Bull, que tiene equipos de fútbol en Austria, Estados Unidos, Brasil y Ghana, y cuya facturación se estima en 4.000 millones de euros anuales. En siete años, y a base de aportaciones millonarias del dueño de la compañía, el austriaco Dietricht Mateschitz, ha conseguido cuatro ascensos hasta llegar a la Bundesliga. Su nacimiento generó una gran polémica en la ciudad. Los aficionados del club histórico de la localidad, el VP Leipzig, creado en 1896, 113 años antes y hoy en cuarta división, se opusieron a él e incluso llegaron a boicotear los primeros partidos del RB. Tres años después, cuando ascendió a la segunda división alemana, diez aficiones de la categoría se unieron a la campaña "No al RB", en la que pedían a la Federación que no le concediera la licencia federativa. Y equipos como el VfB Stuttgart, el Nürnberg o el Múnich 1860 llegaron a cancelar encuentros amistosos ante el RB Leipzig por las protestas de sus hinchas.

La historia de RB Leipzig es la historia de un empresario empecinado en el deporte y con una filosofía: ganar ya. Antes de fundar este club, Dietricht Mateschitz intentó comprar sin suerte históricos alemanes en apuros. No lo consiguió y decidió crear de la nada uno: adquirió por 350.000 euros una plaza en la quinta categoría, la más baja de Alemania. Era 2009 y el dueño se puso un plazo: 10 años para estar en la Bundesliga y 100 millones para conseguirlo. Esa temporada contrató a un puñado de futbolistas experimentados y subió fácil: sacó 22 puntos al segundo.

En Cuarta división le costó más. No ascendió hasta la tercera temporada, después de varios despidos de entrenadores y un cambio de filosofía: nada de futbolistas experimentados sino de jóvenes con ganas. Así subió a Tercera división y, un año y 2 millones en fichajes después, lo hizo a Segunda. Entraba así en el fútbol profesional alemán, pero con condiciones: la liga germana le exigió cambiar el escudo, similar al logo de Red Bull, facilitar la entrada de nuevos socios y cambiar la directiva, copada por gente de la compañía. El club accedió, inventó el apellido RasenBallsport Leipzig para suavizar el aroma publicitario y cumplir la ley, invirtió 20 millones en 16 fichajes, y en su segunda temporada ascendió a la máxima categoría que hoy comanda de forma indiscutible.

Con un fútbol directo e intenso, un 4-4-2 sin extremos, poco juego asociativo y transiciones rápidas, el Leipzig va ganando sus partidos y afianzándose en el liderato. El equipo entrenado por el austriaco Ralph Hasenhüttl presenta una alineación tipo en la que la mayoría de futbolistas vienen de Segunda. Un novato en la élite que despierta asombro y recelo.

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