Oviedo, Agencias / N. L.

Sociedades fantasmas, paraísos fiscales, dinero oculto a Hacienda. Las estrellas del fútbol brillan pero también tienen su lado oscuro. Las nuevas denuncias de la plataforma Football Leaks, difundidas a través de la red de periodismo European Investigative Collaborations (EIC) y que salpican a estrellas como Cristiano Ronaldo muestran la estructura del fútbol profesional actual como algo que se parece demasiado, dice la revista alemana "Der Spiegel, "al crimen organizado".

Las denuncias sobre presunta evasión de impuestos sólo son la punta del iceberg y el comienzo de una serie de revelaciones que seguramente ocuparán al mundo del deporte en las próximas semanas. Esa es la conclusión a la que llega "Der Spiegel", que ha coordinado la red de medios de comunicación de todo el mundo que han evaluado y empezado a publicar los documentos recibidos de Football Leaks.

"Los contratos, los extractos bancarios, las sociedades creadas evidencian que el fútbol profesional está más cerca del crimen organizado que de cualquier ideal deportivo", dice la revista, que añade que los agentes de los futbolistas son los "padrinos" que, en caso necesario, recurren a la amenaza y al soborno y tienen como único objetivo el aumento de las ganancias.

Los jugadores entran en esa vorágine porque "creen que parte del juego es ganar el mayor dinero posible, también utilizando empresas opacas" para eludir impuestos como, según las denuncias, habría sido el caso del portugués Cristiano Ronaldo.

El del jugador del Real Madrid no es el único nombre que aparece en la denuncia de "Der Spiegel". A él se unen el alemán Mesut Özil, el colombiano James Rodríguez o los portugueses Pape, Ricardo Carvalho y José Mourinho, todos ellos con pasado o presente en el Real Madrid. Un club, según "Der Spiegel" "donde no sólo los sueldos parecen ser excepcionalmente altos, sino también el atrevimiento en cuestiones de impuestos".

Sin embargo, en los documentos desvelados por la EIC también hay por lo menos algo que hace posible la esperanza de que no todo el mundo está dispuesto a hacer el juego. Se trata de una frase de Hans Erick Odegaard, el padre del noruego Martin Odegaard, fichado por el Real Madrid a los 16 años como uno de los grandes talentos europeos.

Según "Der Spiegel", un grupo de abogados españoles explicó a Martin Odegaard las ventajas fiscales que tendría crear una empresa para desviar los ingresos de publicidad obtenidos por su hijo. "Él ya va a ganar mucho dinero. Es un problema moral esforzarse en no pagar impuestos mientras otras personas trabajan para pagar sus facturas", contestó el padre de la joven promesa.

Para todos aquellos que no tienen los escrúpulos morales de los Odegaard, la posibilidad de evadir impuestos se da ante todo en lo que se gana por derechos de publicidad. La estrategia suele ser crear una empresa a la que se ceden los derechos de imagen. Si esas empresas tienen sede en Irlanda, por ejemplo, sólo pagan un 12,5 por ciento de impuestos. Si la empresa está en otra parte, por ejemplo en las Islas Vírgenes como parece ser el caso de Ronaldo, la situación tiene todavía más ventajas.

Detrás de Ronaldo aparece la figura de su compatriota Jorge Mendes, considerado el "number one" de los representantes de deportistas, entre cuyos clientes también están, entre otros, Mourinho, James Rodríguez y el joven portugués Renato Sanches, jugador del Bayern. Mendes, según lo publicado por "Der Spiegel", no sólo sirve de intermediario entre clubes y jugadores, sino que colabora activamente con sus clientes en el manejo de estructuras para eludir impuestos.

La empresa de representación de Jorge Mendes, Gestifute, aseguró en una nota remitida a "Efe" que tanto Cristiano Ronaldo como José Mourinho, están "al corriente de sus obligaciones fiscales con la Agencia Tributaria española y británica", respectivamente.

El caso de Ronaldo es en cierta manera paradigmático. En 2009, según el relato de EIC, cedió sus derechos de imagen hasta 2014 a Tollin Associates, en las Islas Vírgenes. Tollin las cedió luego a Polaris Sport, manejada por un sobrino de Mendes y con sede en Irlanda, que se encargó de negociar los contratos de publicidad de Ronaldo. Posteriormente Polaris traspasó el dinero obtenido (74,8 millones de euros) a Tollin y en 2014 Tollin lo habría traspasado a Ronaldo "a través de Suiza".