El Marino volvió ayer al trabajo en el anexo de La Mata (Candás) con buenas noticias porque se van recuperando los jugadores tocados después del partido del pasado domingo contra el Tineo en Miramar. El más preocupante es el centrocampista Pablo Hernández que arrastra una luxación en la clavícula izquierda desde hace año y medio y que finalmente deberá de pasar por el quirófano. El próximo lunes tiene cita con el cirujano para determinar la fecha de la operación.

Diego Polo arrastra molestias en el pubis. El delantero azulón no entrenó el pasado lunes y, aunque ayer se incorporó al trabajo, sigue sin recuperarse plenamente y a tratamiento con Diego Artime, el fisioterapeuta del equipo luanquín. Álvaro Pozo tampoco entrenó el lunes por una gripe que le obligó a dejar el campo frente al Tineo en el minuto 50, aunque se espera que pueda estar el domingo (16.30 horas) en el Nuevo Nalón frente a L'Entregu. Aitor Suárez sufrió una contractura en la espalda la pasada semana, pero ayer entrenó bien.

Geni también está tocado. El centrocampista entrenó con molestias por sobrecarga en un gemelo, una dolencia habitual en los jugadores que estuvieron un tiempo parados y él estuvo seis semanas de baja por una lesión en el menisco de la rodilla izquierda. Y el central Trabanco ya empezó con carrera continua y cambios de ritmo después de tres semanas parado por un esguince en el tobillo izquierdo.

El equipo vuelve a entrenar esta mañana (10.30 horas) en el anexo de La Mata y mañana tendrá jornada de descanso.