Pumarín puede explotar el viernes 30 de diciembre. Ese día el Unión Financiera se va a jugar frente al Barcelona B acabar la primera vuelta como líder de la LEB Oro y por lo tanto acoger la Copa Princesa. Si consigue la victoria recibirá en Oviedo al segundo clasificado en un encuentro que se disputará el viernes 27 o el sábado 28 de enero.

Ni el más optimista de los aficionados del conjunto ovetense podía imaginar el rendimiento que está ofreciendo este grupo de jóvenes que rebosan talento e ilusión. Llevan doce victorias en dieciséis partidos, son líderes, han ganado ocho de los nueve últimos partidos, no conocen la derrota en los ocho partidos que han jugado en casa y todo eso lo están haciendo divirtiendo al público y ofreciendo un espectáculo digno de elogiar.

La victoria ayer en Vitoria ante el Araberri se presentaba como imprescindible para disputar la Copa Princesa. El Unión Financiera no quiso dejar para el final lo que podía hacer al principio y salió a la cancha enchufadísimo en ataque y manteniendo la solidez que le está caracterizado en defensa. Es justo reconocer que el Araberri, equipo al que entrena con éxito el mierense Arturo Álvarez, llegaba a este encuentro con bajas importantes, sobre todo en el juego interior (los exjugadores del Unión Financiera Cvetinovic y Rowley estaban lesionados). Los vitorianos, debutantes en la categoría, están realizando una magnífica temporada a pesar de que ayer no lograran frenar el potencial y la ilusión de un Unión Financiera en estado de gracia.

Los ovetenses se fueron al vestuario con buena parte del trabajo ya hecho. Una renta de dieciséis puntos (32-48) que tuvo como grandes protagonistas a los francotiradores Löfberg (cuatro de cinco en triples) y Manu Rodríguez (tres de tres). En total el equipo ovetense metió diez triples en catorce intentos en la primera mitad.

Pero es que al tercer cuarto salieron ya con la intención de dejar el choque finiquitado lo antes posible, como si tuvieran prisa por sumar una nueva victoria. Imparables se fueron a una distancia de veintisiete puntos (36-63) en el ecuador del tercer parcial. Al cuarto definitivo llegaron veintitrés arriba (47-70) y con la sensación de tenerlo todo más que solucionado.

Puede que cierta sensación de tener el partido controlado por parte del Unión Financiera y el pundonor de Araberri, unido todo ello al acierto descomunal de Berhanemeskel, llevaron a que el conjunto vitoriano reaccionara y se llegara a poner a nueve (65-74) abajo a falta de 4.12 para terminar el encuentro. Falsa alarma. Los de Carles Marco no iban a dejar escapar una oportunidad como está y enseguida pusieron las cosas en su sitio y la victoria en su casillero.

Fue también una noche de transistores. O más bien de ir siguiendo el mejorable servicio de la Federación Española para seguir el resto de partidos en directo. La primera alegría la dio el Leyma Coruña al derrotar al Guipúzcoa (93-88), un resultado que ponía a los ovetenses segundos, ya en puestos de Copa. Pero la mejor fue la segunda. El Palencia también cayó (81-76), en este caso en la cancha del Clavijo. Un resultado que permite a la plantilla tomarse como líderes un merecido descanso antes de preparar el asalto definitivo a la Copa.