La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una vuelta a los orígenes

Jorge Egocheaga disfrutó con el ascenso al Kungung y al Himlung Himal, dos "sietemiles" en una zona de Nepal inexplorada hasta hace dos años

La solitaria tienda de Egocheaga, con el Himlung Himal al fondo.

"No tengo ningún reto en la cabeza. Me gustaría hacer actividades de alto nivel técnico, en montañas que no son tan conocidas porque tienen menos de ocho mil metros, pero que son muy complicadas". Son palabras de Jorge Egocheaga en junio de 2014, tras completar la ascensión de los catorce "ochomiles" del planeta. Dos años y medio después, el ovetense está dando rienda suelta a sus deseos. Acaba de regresar de Nepal, donde ha disfrutado con el ascenso a dos "sietemiles" casi inexplorados en una vuelta a sus orígenes, lejos de las expediciones más comerciales.

Como siempre en su actividad montañera, el viaje a Nepal ha tenido tanto de experiencia deportiva como sociológica. Porque antes y después de coronar el Kungung Himal (7.520 metros) y el Himlung Himal (7.225) ha visitado pueblos que le transportaron directamente a la Edad Media. Y, en su condición de médico, ha aprovechado para ayudar a sus escasos y desatendidos habitantes: "La mayoría viven a siete días de cualquier consultorio médico, con cuatro días de recorrido a pie, uno en jeep y dos en coche".

Jorge Egocheaga (Oviedo, 11 de julio de 1968) creía haber visto de todo en sus innumerables viajes por las cordilleras montañosas del mundo. Pero califica como "un sitio alucinante" el reino de Mustang, una zona prohibida para los turistas hasta hace dos años. Allí se encontró unos pueblos "como de la Edad de Bronce" y unas gentes "muy pobres, alejadas de todo, completamente aisladas". Se encontró con personas "muy cerradas" en un ambiente de endogamia, aunque finalmente le permitieron que les ayudase con su atención y medicinas ante las que se les ponían "los ojos como platos".

El aislamiento de la zona también se refleja en la actividad montañera, casi inexistente. Egocheaga sólo coincidió con una expedición de cuatro montañeros ingleses en el campo base de Himlug Himal, el primero y más sencillos de sus objetivos deportivos. Le sirvió como aclimatación y pudo completar el ascenso, cumbre y regreso al campo base en 9 horas y 26 minutos. "El Kungung fue más difícil y tuve que utilizar cuerda para autoasegurarme", señala Egocheaga, que a tenor de sus investigaciones se ha convertido en el primero en coronar este siete mil.

Para tratarse de noviembre, el clima no fue muy adverso. Jorge Egocheaga sufrió por el frío y, sobre todo, por el viento huracanado, aunque no le impidió disfrutar de la ascensión ni de la cumbre: "Estaba solo en medio de un mar de montañas, la mayoría sin ascensiones. Para mí lo importante ahora es disfrutar y encontrarme con sitios alucinantes. Es lo que busco ahora en la montaña, calma y tranquilidad, sobre todo desde la muerte de mi amigo Jaime", en referencia al bombero Jaime Pérez, fallecido el pasado mes de mayo.

Compartir el artículo

stats