Al Gobierno chino no le está gustando nada la exhuberancia con la que están rompiendo el mercado los clubes de fútbol de su país. El órgano gubernamental encargado de regular el deporte en el gigante asiático hizo ayer público su malestar por lo que considera un "irracional" gasto para fichar a estrellas extranjeras en la actual pretemporada. Unas criticas que fueron acompañadas por la amenaza de introducir limitaciones a estas inversiones.

Un portavoz de la Administración General del Deporte, citado en una entrevista publicada por la web oficial de este organismo, señaló la necesidad de establecer "un tope máximo en las compras de jugadores y en sus salarios", así como de combatir "gastos irracionales".

La fuente oficial, cuyo nombre no es citado, no dio ejemplos, aunque sus declaraciones aparecen pocos días después de que los fichajes del brasileño Oscar y el argentino Carlos Tévez por clubes chinos batieran récords. Oscar se marchó del Chelsea al Shanghai SIPG por 60 millones de euros, por lo que se convirtió en el fichaje más caro de la historia de Asia, mientras que Tévez llegó al Shanghai Shenhua por un monto menor, pero en el club chino será el jugador mejor pagado de todos los tiempos en todo el mundo (38 millones de euros por temporada).

Tras estos fichajes, han comenzado a circular rumores de todo tipo en la prensa internacional sobre clubes chinos dispuestos a pagar cientos de millones de euros en fichajes o sueldos por grandes estrellas del balompié mundial, unos rumores que incluso han apuntado a estrellas como Messi o Ronaldo.

En el artículo publicado ayer, la administración deportiva estatal también lamenta como signos de un excesivo recalentamiento del sector nacional las compras a gran escala de clubes extranjeros, después de que equipos de la talla del Milan, el Inter o el Aston Villa cayeran en manos de empresarios chinos. El portavoz de este órgano abrió en la entrevista la posibilidad de que los equipos que más gasten en fichajes de estrellas paguen como compensación una cuota para el desarrollo del fútbol de base.

El Gobierno chino ha desplegado un ambicioso programa a largo plazo para convertir el fútbol del país en uno de los mejores del mundo hacia mediados de siglo, aunque gran parte del dinero dirigido a esta meta no está llegando al desarrollo de las canteras, sino a la compra de jugadores de otros países.