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Al Palo

De la flor a la selva

Ahora cambió el rollo, y el rollo es que desde la zona oscura empiezan a hablar de asaltos en directo. Cambió el debate arbitral. No cambió el debate sobre el juego. Se sigue hablando de flores, jardines botánicos, selvas amazónicas..., de suerte, no de juego. Juego, para los padres espirituales que pululan por el mundo fútbol, sólo hay uno: el futbolín, con el que llevamos sesteando un lustro, o así. Aunque pensándolo bien (me sopla el guionista número tres), ya ven otro fútbol que no hace mucho ellos llamaban atlético, o así. Vamos, que en aquel entonces no tan lejano era basura. Ahora ya empieza a ser una cosa estética y de inteligencia táctica. Se subieron al carro atlético (de atleta) y ya casi desprecian el rondo soporífero. Tampoco es para tanto, calma.

Inauguramos año futbolero con las viejas tesis del guionista número dos de "Al Palo", al que le pasa un poco como a los del "toquín". Se amarra a una tesis y no se apea. Sigue con la letanía de pasadas temporadas, aunque nunca peor que los "tomos" completos que nos largan desde el toquín (de toque).

Así pues, tal y como están las cosas, esto de las peleas entre lo bonito, lo del mundo guay y el sermón de la "contra" sobre los millones y lo feo del equipo que marca el paso desde hace ciento y pico de años ya no da más de sí. No hay ni para cachondeo.

Lo cierto es que sea jugando en modo basura, de manera libre (o sea, como quieran los jugadores), al estilo pijolindras (tocando) o corriendo hacia atrás, sólo hay un equipo con mando en plaza. Va de blanco, a veces, y por lo visto tiene contratado un jardinero. Con razón el Bernabéu drena tan maravillosamente bien.

Por lo que para el CD de "Al Palo", ya casi listo para salir al mercado en vinilo, CD y plataformas digitales, viene que ni pintada la pieza "Sigo siendo el rey". La discográfica se está pensando que la reedición lleve en portada un balón de oro.

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