El asturiano Raúl Entrerríos ejemplifica como nadie la filosofía de los "Hispanos", un estilo de juego que, pese a la ausencia de los Juegos Olímpicos, considera plenamente vigente para que España pueda volver a pelear en el mundial de Francia por la primera plaza del podio. Ni la tendencia a un juego cada vez más físico agrieta la confianza de Entrerríos en las bondades de un modelo que profundizará en sus esencias con la llegada de Jordi Ribera al banquillo español.

-Tras quedar fuera de los Juegos Olímpicos, ¿España llega más exigida a este mundial?.

-No creo que debamos exigirnos más de lo que nos exigimos habitualmente. Venimos de cuatro años muy buenos y tenemos que seguir en esa línea. Por todo lo que habíamos hecho, el equipo se merecía haber estado en los Juegos. No fue así porque en dos partidos no rendimos como debíamos hacer, pero tenemos que seguir trabajando como lo hemos hecho hasta ahora. No pienso que tenga que ser una reválida.

-¿España necesita actualizar su estilo de juego?.

-Está claro que somos lo que somos. No disponemos de lanzadores, ni de un juego tan físico como otras selecciones, por lo que tenemos que explotar lo bueno que tenemos, que es mucho. Tenemos un juego muy rico, con mucha continuidad y con eso debemos intentar hacer daño en un balonmano que cada día evoluciona más hacia lo físico. Selecciones como Alemania, Dinamarca, Francia o Croacia han dado un paso adelante en cuanto a peso y a envergadura, por lo que tenemos que buscar soluciones que nos sirvan.

-¿El equipo ha perdido un poco de velocidad en la ejecución de su juego?.

-Siempre hemos sido un equipo alegre jugando. No tenemos mucha potencia física, ni un gran lanzamiento exterior para poder jugar a un ritmo lento. Tenemos que generar situaciones de desequilibrio que nos permitan, por ejemplo, aprovechar el juego con los pivotes, pero no es fácil, porque nos enfrentamos a defensas que no sólo han evolucionado a nivel físico, sino que también se han adaptado a nuestro estilo de juego. Ya no es tan fácil hacerles caer en la trampa como antaño.

-¿Qué ha aportado la llegada de Jordi Ribera?

-Tiene una idea clara, un balonmano muy móvil, le gusta que en ataque juguemos mucho sin balón, que el equipo tenga paciencia hasta encontrar soluciones en ataque posicional. En general, no se aparta de la filosofía del balonmano español. Habrá algunos cambios, pero la línea es parecida.

-¿Cuál es el objetivo de España en este mundial?

-Nuestra aspiración tiene que ser entrar en la lucha por las medallas, pero sabemos que cada año es más complicado. Por eso hay que valorar lo que hicimos en los últimos años. Además de Francia, para mí los favoritos son Alemania y Dinamarca.