El Marino está pagando las numerosas bajas que sufre el equipo. Y es que cada domingo desde que empezó la temporada el técnico, Adolfo Pulgar, tiene al menos dos ausencias de jugadores importantes en su esquema. Sólo el punta Jairo Cárcaba estuvo en todas las convocatorias y fue titular en los 20 partidos disputados. Los laterales Borja y Viesca, el capitán Guaya y el extremo Polo también se libraron de las lesiones y se perdieron uno o dos partidos. El medio centro Pablo Hernández lo jugó todo hasta que tuvo que parar y pasar por el quirófano esta semana.

Hombres llamados a marcar diferencias en el equipo y en la categoría como Geni, Trabanco, Llerandi, Boris o Dani Pevida se perdieron muchos partidos y el equipo los echó en falta. Los últimos en caer fueron Pablo Hernández, que recibió ayer el alta tras ser operado el martes por el doctor del Corral de una luxación en la clavícula izquierda, y el extremo Pevida, que recibió un fuerte balonazo durante el partido del domingo contra el Mosconia.

Pablo Hernández ya está en su domicilio y aseguraba ayer a este diario que "salió todo muy bien". El jugador salió del quirófano a las siete de la tarde del martes y a las nueve de la mañana de ayer ya tenía el alta. "Todo muy rápido y ahora siento una pequeña molestia, no dolor, a pesar de que no tomé calmantes ni nada", señaló.

El medio centro del Marino vive en Candás, donde entrenaba ayer el equipo, y lo primero que hizo fue ir ver a sus compañeros. "Cogí unos pasteles y los llevé para celebrar que salió todo bien", comentó.

La operación fue un éxito y ahora empieza la rehabilitación. "Tengo que empezar a mover poco a poco el brazo y la previsión es que a partir del día 23 me quiten las grapas y empezar con la rehabilitación". La previsión es que esté entre dos y tres meses fuera del equipo y volverá para la fase decisiva de la temporada. "Confío en que los compañeros me den la alegría de llegar para la fase de ascenso, vamos estoy seguro porque confío en ellos al cien por ciento", comentó.

El otro lesionado es Pevida y el extremo está mejor pero sigue con dolor. "Esto va muy despacio y me duele sobre todo en movimientos bruscos". La recuperación aún tardará ocho o diez días, pero "lo importante ahora es recuperarse totalmente y estar bien lo antes posible", señaló.

Entrenamiento en Candás. El conjunto luanquín realiza esta mañana (10.30 horas) el último entrenamiento de la semana en el anexo de La Mata. Pulgar tiene a todos a su disposición excepto a los dos lesionados.