Al público de Pumarín no le quedó otro remedio que hacer la ola a su equipo. La segunda parte que realizó el conjunto ovetense ante el Burgos -el que será su rival en la final de la Copa Princesa el viernes 27 de este mes (18 horas, Gol)- fue un auténtico lujo, un recital de baloncesto ante uno de los mejores equipos de la LEB Oro. Un Burgos que acabó desesperado y perdiendo por una renta de veinte puntos un partido que ganaba por seis (18-24) al término del primer parcial.

El Unión Financiera mantiene su liderato, ahora con quince victorias, una más que sus dos perseguidores: Guipúzcoa y Palencia. Pero más allá de la posición que ocupen en la tabla está lo que son capaces de hacer en la cancha, sobre todo cuando juegan en Pumarín, donde sólo han perdido un partido en lo que va de Liga (ante el Ourense por 70-74 en el anterior encuentro en casa). Un espectáculo en el que se mezcla el talento con la entrega de un equipo que se ha dado cuenta de que puede aspirar a cualquier cosa.

El final, sin embargo, fue algo amargo. Dani Pérez tuvo que retirarse con muestras de mucho dolor después de llevarse un golpe en la mano en una caída y se fue del pabellón vendado a que le realizaran un examen médico. Nadie es imprescindible en este equipo, pero si hay un jugador en torno al que gira el club azul ese es Dani Pérez. El base barcelonés daba ayer otro recital, siendo el más valorado del encuentro gracias a sus 15 puntos, seis asistencias y tres recuperaciones.

La fiesta en la que se convirtió el pabellón azul era algo difícil de imaginar después del primer cuarto del partido. El cuadro ovetense salió algo despistado y entre Huskic (4 puntos) y Javi Vega (8) le hicieron mucho daño. Dos Anjos sufría ante el pívot serbio y a Jesperson le costaba frenar a un ala-pívot del tamaño de Vega.

Los ajustes funcionaron en el segundo cuarto y también el carácter de algunos jugadores. Uno de ellos fue Víctor Pérez. El capitán del equipo tuvo una entrada en el partido mala, con un par de pérdidas que a otro le podían haber hecho perder la confianza. Pero no a él y menos jugando en su casa. Víctor culminó el gran inicio de segundo cuarto del Unión Financiera con el tercer triple seguido tras los anotados por Löfberg y Sans. El equipo ovetense se ponía por delante (27-24) y Víctor señalaba al público echándose la mano al corazón. Con el público metido de lleno en el partido y el marcador a favor nada iba a detener a los de Carles Marco. Resistieron los burgaleses hasta irse al descanso con un intercambio de canastas que dejó el marcador 41-39.

La segunda parte que se pudo ver ayer en Pumarín fue sublime por parte del cuadro ovetense. Un triple de Eduardo Martínez puso al Burgos por delante (41-42) y enseguida respondieron los carbayones con los triples de Dani Pérez y Jesperson (47-42). El Unión Financiera unió al acierto en ataque una fiereza defensiva que terminó sacando de la pista a un Burgos superado por la velocidad a la que movía el balón el cuadro local. La renta tras el tercer cuarto era de nueve puntos (62-53). El partido estaba encarrilado pero el Oviedo quería más. Soñaba con ganar el basket-average (en Burgos perdieron de 23) y casi lo consiguen. Salvó se partió la cara en defensa y Löfberg anotó sin parar (diez puntos en el último cuarto). Juntos tocaron una maravillosa sinfonía mientras Pumarín hacía la ola.