Jorge Garbajosa ejerce de presidente de la Federación Española, pero es algo más. Su imagen está asociada a la mejor generación del baloncesto español, a una selección que ganó el Mundial de Japón en 2006. Ayer llegó a Oviedo para asistir a la final de la Copa Princesa y tuvo la gentileza de visitar LA NUEVA ESPAÑA.
-El último equipo de LEB Oro que subió a la ACB fue el Andorra en 2014. ¿Qué postura tiene la Federación a ese respecto?
-La postura no puede ser otra que defender nuestras competiciones y a los clubes. Estamos dentro de una negociación con la ACB. Entiendo que de lo que más se habla es del canon (3,78 millones de euros), pero hay mucho más. Lo importante es hacer una negociación global en la cual cuando lleguemos a un acuerdo que estoy convencido por la predisposición de ambas partes de que se va a llegar con el respaldo del Consejo Superior de Deportes. El baloncesto es deporte y es competición, sólo faltaría, pero también es espectáculo, familia, un deporte amable, y situaciones de tensión o noticias que no hablen de esto no nos hacen bien. Que la ACB haya reconocido que el canon actual está fuera de mercado es un ejercicio de lógica y de responsabilidad y es un paso adelante a la hora de la negociación. Sí que es cierto que por la realidad de nuestras competiciones nosotros queremos que sea lo más accesible posible. Pero no sólo por los clubes, sino porque también creemos que el flujo de ascensos y descensos, la meritocracia, los méritos deportivos tienen que decidir un ascenso o quién juega o no juega en Europa.
-¿Cómo se ve desde fuera el Oviedo Baloncesto?
-Es una agradable sorpresa. Es un proyecto relativamente nuevo y ambicioso. Sabemos que la gente de Oviedo va a responder, la afición está volcada, el Ayuntamiento nos ha recibido en su casa, que es un símbolo importante. Utilicemos esta Copa, al margen del gran valor deportivo que tiene, que es obvio, para aumentar la visibilidad de nuestras competiciones.
-¿El lleno que tendrá Pumarín hoy es señal de que se necesita algo más grande?
-Que sirva para que Oviedo le demuestra a todo el mundo que es una ciudad volcada con el baloncesto. Igual para todas las jornadas pues no lo sé, pero para un evento de éstos un lugar donde quepan unas 5.000 personas sería perfecto.
-¿Qué balance hace de los siete meses que lleva al frente de la Federación?
-Estoy muy contento y soy optimista sabiendo que queda mucho por hacer. Siendo honestos, la situación que nos encontramos en diferentes niveles era complicada. Hemos dado pasos adelante a nivel económico, político y ejecutivo, y, sabiendo que todavía estamos malitos, la perspectiva es inmejorable. Los patrocinadores se acercan a un gran producto y creo honestamente, aunque peque de inmodestia, que, con mi llegada junto con Jose Montero y Elisa Aguilar, hemos dado una estabilidad a la Federación.
-El anterior presidente de la Federación, José Luis Sáez, está encausado por su gestión. ¿Qué opinión le merece este asunto?
-El final de su mandato fue tremendamente difícil para todos. La figura de José Luis Sáez es muy representativa de todo el baloncesto, no sólo de la Federación. Ahora mismo la situación está sub iudice, hay una instrucción en marcha, y por nuestra parte hay colaboración absoluta con los requerimientos de instrucción y demás que puedan necesitar desde donde sea, sólo faltaría; pero nosotros estamos con un nuevo proyecto. Es cierto que hemos heredado cosas muy buenas, pero no engaño a nadie cuando digo que la imagen de la Federación con este tipo de hechos siempre sale tocada. Este tipo de situaciones ahuyentan a la gente del baloncesto y no dan buena imagen. Creo que nuestro trabajo y nuestro perfil han ahuyentado esa imagen. Ahora sólo queremos crecer.
