No fue la de ayer una tarde al uso en la previa de un partido de fútbol. El temporal que el viernes obligó a aplazar el Deportivo-Betis programado en Riazor al llevarse el viento una parte de la cubierta del estadio coruñés también motivaba ayer el aplazamiento del Celta-Real Madrid que debía disputarse esta noche en Balaídos. Por el mismo motivo. El temporal dañó parte de la estructura de la grada de Río del estadio -hubo trozos de la misma que cayeron al propio césped- y los técnicos del Ayuntamiento vigués advirtieron de que no se podía garantizar la seguridad de los aficionados.

A primera hora de la tarde el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ya daba por suspendido el encuentro. "No se va a celebrar el partido porque no se puede garantizar la seguridad de los espectadores al ciento por ciento. Tanto el presidente del Celta como yo estamos de acuerdo con el dictamen de los técnicos y así se lo vamos a comunicar al Real Madrid y a LaLiga", decía Caballero en torno a las 14.30 horas.

Pero la confirmación oficial se hizo de rogar. El Celta anunciaba en su página web que estaba a la espera de la resolución de LaLiga, mientras el Real Madrid y el propio organismo guardaba un silencio total. Un silencio que propició que empezaran a cruzarse tanto rumores -llegó a apuntarse por algún medio la posibilidad de que el partido se jugara !en El Molinón!-, que el alcalde de Vigo tuvo que salir de nuevo a la palestra. "La Liga puede tomar las decisiones que quiera, pero en Balaídos no se juega. De ningún modo. No hay garantías de seguridad y eso es lo primero", insistió.

A media tarde el operador televisivo que debía ofrecer el encuentro, Movistar, anunciaba que quedaba aplazado. Pero LaLiga mantenía el silencio. Y casi siete horas después del primer anuncio de suspensión llegó la comunicación oficial. "Recibida la información por parte del Ayuntamiento de Vigo, se ha dado traslado a la Federación de la suspensión del encuentro. LaLiga propondrá posibles fechas para su celebración escuchando la opinión de los clubes y de los operadores de televisión, para que el presidente de la Federación Española de Fútbol decida, tal y como indica el procedimiento del reglamento federativo", señalaba el comunicado hecho público por LaLiga pasadas las nueve de la noche. La web oficial del Real Madrid seguía abriendo a las 22 horas con una frase de Zidane: "Estamos preparados para otro partido complicado ante el Celta".

La cuestión de encontrar una fecha para el Celta-Madid no va a ser una cuestión menor. Y es que podría no disputarse hasta el 17 de mayo si ambos clubes llegan a la final en sus correspondientes citas europeas. En caso de que el Celta cayera eliminado ante el Shahktar en dieciseisavos de la Europa League, la primera opción para jugarse el partido sería el 14-15 de marzo. Si tanto Madrid como Celta cayeran en octavos en Europa el partido se podría jugar como pronto el 11-12 de abril, y si lo hicieran en cuartos la primera fecha libre es el 2-3 de mayo.

El partido ante el Celta es el segundo que aplaza el Real Madrid esta temporada, que aún tiene pendiente el que tenía que jugar contra el Valencia, suspendido por el Mundial de clubes y que se jugará el miércoles 22 del presente mes de febrero.

Para embrollar más la cuestión, el Alavés solicitaba también ayer el aplazamiento de su semifinal de Copa ante el Celta, fijada para el miércoles en Mendizorroza (0-0 en la ida) al considerar que al no tener que jugar el conjunto gallego este fin de semana tiene una clara ventaja física sobre ellos, que mañana visitan El Molinón para medirse al Sporting.