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Una semana de pasada

Contra viento y marea

La suspensión del Celta-Real Madrid vuelve a desatar la sinrazón de algunos dirigentes

Está claro que para algunos el fútbol es más importante que la vida, pero algunas reacciones a la suspensión del Celta-Real Madrid superan todos los límites de lo razonable. Ya sé que el calendario está muy apretado, que los clubes se juegan mucho, que si patatín, que si patatán. Pero para una vez que un dirigente mira por el bien común, le cae un chorreo tremendo. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, hizo lo que tenía que hacer, por responsabilidad y por los informes de los técnicos municipales. Todo lo demás, como las sospechas de maniobras para favorecer al Celta o alternativas ridículas para llevar el partido a otro escenario, sobra. Tanto el Madrid como el Deportivo Alavés deben entender que a veces hay causas de fuerza mayor para tomar decisiones, aunque se sientan perjudicados. Lo que podrían hacer sus dirigentes para evitar las apreturas del calendario sería promover algún cambio en la próxima asamblea federativa. Por ejemplo, acortar el parón navideño o disputar la Copa del Rey a partido único. Porque sólo así será más fácil luchar contra vendavales como el de este fin de semana.

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