La cuatreada regional y especialmente la del concejo más pequeño de Asturias están de luto. Emilio Alperi Fombona, fundador y presidente hasta sus últimos días de la peña Villa de Noreña, falleció ayer en la Villa Condal a la edad de 71 años, dejando un vacío que será difícil de ocupar en la especialidad más practicada del deporte autóctono.

Fue en 1999 cuando Alperi encabezó la creación de una peña que recuperó la práctica de la cuatreada en la villa después de casi un siglo sin práctica local. Un proyecto que contó el respaldo total del entonces alcalde, Aurelio Quirós, y tuvo como piedra angular el fichaje del entonces flamante campeón del mundo, Bernardo Menéndez.

Los esfuerzos de Alperi se centraron desde entonces en trabajar la cantera. De manera casi inmediata comenzaron a proliferar grandes figuras de las que algunas se mantienen hoy en la élite como Berto Faya, Alejandro Nuño, Jairo Ramis o los hermanos Bedia, entre otros, que conformaron un equipo de leyenda que, entre 2006 y 2014 conquistó ocho campeonatos de Asturias, convirtiendo a la peña en la más laureada de todos los tiempos.

Su trabajo por la base de la cuatreada fue más allá. Durante años fue monitor en boleras de colegios. Asimismo impartió a algunas de las peñas de cuatreada femenina del oriente de la región y su trabajo desinteresado se extendió a todos los campos del panorama bolístico. "Soy presidente, fundador, armador y monitor", señaló en alguna ocasión para explicar su papel en una peña surgida de la nada que en poco tiempose convirtió en la más temida.

En su currículum cabe destacar su papel como monitor en Argentina, donde colaboró en la recuperación del deporte llevado por los emigrantes asturianos a cambio de largas estancias que le alejaron de su familia para seguir sembrando la semilla de la pasión por el juego de sus antepasados al otro lado del charco.

A pesar de llevar años luchando contra una larga enfermedad, Alperi se mantuvo activo y trabajando en la medida de lo posible por sacar adelante a su peña. Dedicación que tuvo varios reconocimientos como el que le otorgó la Orden del Sabadiego allá por el año 2008 otorgándole el premio "Condado de Noreña" en la misma edición en la que lo recibió junto al Centro de Juventud Asturiana Siero-Noreña de Buenos Aires y a la componente del Orfeón Condal, Alvarina Bobes.

Además de directivo también fue jugador, si bien su trayectoria desde el tiro fue más modesta, destacando más en otros campos, pues muchos allegados lo recuerdan como un gran ebanista y un fino pescador truchero. Todo sin perjuicio de su carácter afable, dicharachero y simpático, que le llevó a ganarse a la gran mayoría de sus vecinos, algunos de los cuales proponían ayer mismo la organización de algún homenaje póstumo.