Avilés, Albina FERNÁNDEZ

El "caso Andy" dejó al descubierto las argucias del presidente del Real Avilés CF SAD, José María Tejero, para derivar los fichajes a otra entidad en teoría independiente (Real Avilés GD SL) y liberar al club de responsabilidades ante posibles demandas salariales de los jugadores.

Pero sus planes se trastocaron por la decisión de Andy de pedir la baja federativa a la Comisión Mixta AFE-Federación (la encargada de la tramitación y resolución de las denuncia por impago), alegando que se le adeudan cinco meses desde julio a diciembre pasado. Tejero ya sabe que la artimaña no le vale y que el Real Avilés CF es "responsable solidaria de los impagos", a pesar de que en sus alegaciones precisó que "se trata de dos entidades con personalidad jurídica diferente, totalmente independientes y que nada tienen que ver entre si".

La Comisión desmonta esta alegación, entre otros argumentos, precisando que en el Registro Mercantil consta que Real Avilés GD es "una sociedad mercantil unipersonal" cuyo único socio es el propio Real Avilés CF, una relación que "se ha tratado de ocultar con evidente mala fe pretendiendo con ello burlar el sistema", precisa la Comisión en la resolución en la que acepta la petición de Andy y la da la baja.

Pero hay más. La Comisión aprovecha la ocasión para dar un repaso a Tejero por la "ingeniería contractual" ideada por el máximo accionista. "Es obvio que el Real Avilés CF está utilizando como pantalla para las vinculaciones contractuales de sus futbolistas a una sociedad no afiliada a la RFEF con el fin de evitar que le sea aplicada la normativa federativa que todos los clubes están obligados a respetar", precisa.

Andy es el único futbolista que no cobró tras la llegada de IQ Finanzas a la gestión del Avilés en diciembre al no aceptar, por "ridícula", la cantidad que le ofrecieron respecto a la recogida en su contrato y en el anexo al mismo, un anexo que la compañía mexicana asegura desconocer.

Y la Comisión exonera de los impagos a Andy a IQ Finanzas. "Los nuevos acuerdos sociales", señala, "son en cualquier caso de fecha posterior a la relación contractual analizada (en referencia al contrato de Andy) y, por otro lado, no figuran en el Registro Mercantil si que puedan afectar a terceros de buena fe".

Inspección de Trabajo. El padre de Andy, José García, intentó en vano reunirse con los representantes del club para buscar una salida y una vez que persiste el impago, ya manifestó su intención de denunciar al caso ante Inspección de Trabajo para reclamar la relación laboral existente con el club.

Y si la nómina del jugador supera el salario mínimo interprofesional, (655,20 euros en 2016), Trabajo entendería que se trata de un contrato profesional y multaría al club que, a su vez, tendría que pagar las cuotas a la Seguridad Social desde el mes de julio, cuando fue fichado Andy, a razón del 38-39 por ciento del salario bruto recogido en el contrato.

El jugador, por su parte, pasaría a cotizar como futbolista profesional cara a la Seguridad Social, no así ante la Federación que exige una licencia profesional que se paga a la Federación y de la que se sacan los derechos federativos por formación que, ante los traspasos de jugadores, se reparten los clubes en los que jugó desde los 12 hasta los 23 años.