El centrocampista Adrián, del Bansander, dio el susto el pasado domingo en La Toba en los minutos finales del partido de División de Honor juvenil que enfrentó al conjunto cántabro con el Real Avilés. El jugador santanderino entró en el campo en el minuto 62 por Cagigas, y poco después cayó mal tras una disputa por un balón aéreo y se hizo daño en el cuello sembrando la preocupación entre los dos equipos.

El jugador fue asistido en el campo por el delegado del Avilés, Santi Pérez, y el fisio del Bansander puesto que en las instalaciones de La Toba, y en ninguna de estas características, no hay ningún tipo de atención médica. Tras comprobar que podía mover los brazos y las piernas, y con la ayuda de varios jugadores cántabros, lo colocaron en una camilla (que hubo que buscar porque no la había en el campo), y lo retiraron del césped pero sin inmovilizarle el cuello con el consiguiente riesgo de sufrir una lesión cervical.

El delegado local avisó de inmediato a la UVI móvil, pero estaba ocupada en otro asunto urgente y tardó unos 45 minutos en llegar a La Toba. Todo se complicó aún más porque en la zona reservada para la ambulancia había un vehículo particular estacionado y hubo que reclamar a voces al propietario para que lo retirara porque La Toba o no tiene megafonía o no funciona.

El equipo médico le colocó un collarín y el jugador fue mejorando poco a poco a medida que se recuperaba del susto. El club decidió después que hiciera el viaje de regreso una vez que los médicos certificaron que no tenía una lesión grave en el cuello

Santi Pérez habló ayer con el jugador y está bien, "aunque con los dolores lógicos", señaló.

El suceso abre de nuevo el debate sobre la necesidad de que las instalaciones deportivas, como La Toba, tengan algún tipo de servicio médico de urgencia puesto que los fines de semana hay partidos durante todo el día.