El Unión Financiera comprobó en carne propia por qué el Magia Huesca ha reaccionado desde la llegada al banquillo de Guillermo Arenas. El entrenador asturiano ha conseguido que su equipo, con evidentes problemas en el juego de ataque, se supere desde una efectiva defensa. Lo sufrieron los lanzadores ovetenses, empezando por su expupilo Víctor Pérez, que se quedó en cinco puntos. No le fue mucho mejor a Lofberg (2), condicionado una vez más por las faltas. Todo eso se notó, especialmente, a la hora de la verdad, cuando Dani Pérez tuvo la última bala para evitar la prórroga. El base, tantas veces decisivo, perdió la magia y en la prórroga no hubo color: 17-10.

Pedía Carles Marco un paso al frente de sus jugadores, que su equipo se aproximase en los desplazamientos al que enamora en Pumarín. No lo consiguió. En cancha ajena, el Unión Financiera parece un equipo del montón, no un aspirante a los primeros puestos. Y sufre contra rivales como el Magia Huesca, que supo llevar el partido a su terreno para disimular sus carencias.

En un partido igualado, el Unión Financiera tuvo varios momentos en que pareció en condiciones de pegar el estirón: con un 11-18 casi al final del primer cuarto; con un 18-26 en un espectacular inicio del segundo, con triples de Santana y Sonseca; en otro arreón al comienzo del tercero, enganchado a la inspiración de Jesperson (31-37); y, sobre todo, con un 48-54 a falta de poco más de cinco minutos. Pero el Oviedo no supo aprovechar su oportunidad y el Magia, además de apretar los dientes en defensa, siempre encontró un revulsivo: Gantt, al principio, y el lituano Gintvainis en un último minuto apasionante y que pudo deparar cualquier desenlace.

El pabellón se caldeó con la falta que permitió a Dos Anjos llevar el partido a la prórroga a falta de 27 segundos. Y ese impulso llegó a la cancha, donde Gintvainis se adueñó del escenario. Inauguró el tiempo extra con un triple demoledor y despojó de toda esperanza al Oviedo con dos tiros libres a falta de 1-29 que ponía el 71-64. Fue, quizá, el triunfo de la necesidad y una pequeña revancha para Guillermo Arenas.