"Estamos muy cabreados, fatal, porque teníamos que ganar si o si al Urraca y no lo conseguimos". El extremo mierense del Marino, Pablo Coutado, resume así el sentir del vestuario después de la decepción que supuso el empate (1-1) del pasado domingo en Miramar ante el conjunto de Posada de Llanes, un empate que deja a los luanquinos a cinco puntos del Tuilla, el último equipo en puesto de play-off.

El trago fue duro y el lunes todo eran caras largas en el entrenamiento de Balbín pero el técnico, Adolfo Pulgar, puso las cosas en su sitio. "Nos recordó que hay que levantar la cabeza, pensar en el partido del domingo contra el Avilés (17.00 horas) en el Suárez Puerta, y seguir peleando por el objetivo porque quedan muchos puntos por disputar". Y añadió. "El Marino tiene que estar lo más arriba posible y hay que lograr la cuarta plaza como sea porque aquí no se rinde nadie".

El mierense sabe que "ganar en Avilés lo cambiaría todo", pero es consciente de la dificultad. "No será fácil, pero vamos a ir sin ningún miedo porque tenemos una plantilla muy buena, buen cuerpo técnico, y confiamos muchísimo en nosotros, en todos".

En su opinión, el 8-0 al Siero de los avilesinos es una anécdota, aunque asume que "tienen gente muy buena arriba y les cuesta muy poco hacer gol".

Coutado volvió a ver portería ante el Urraca después de ocho jornadas sin marcar (el último gol fue al Tineo), pero le quedó un sabor amargo. "No puedo estar contento porque el gol sirvió para poco, pero siempre es bueno marcar", concluyó.