El Lealtad lo ha hecho tan bien hasta ahora que puede permitirse estar un mes entero perdiendo, como es el caso, y seguir en la zona tranquila de la clasificación. Sucede que esto del fútbol son rachas y el equipo de Villaviciosa lleva una muy mala: un mes entero perdiendo que, como mínimo, debe servir para activar las alarmas. La última derrota fue ayer ante el Pontevedra en Les Caleyes en un partido disputado e igualado que decantó un gol al final de Mario Barco. Seguramente lo más justo hubiera sido un empate, pero hay veces que las dinámicas también influye. Y la del Lealtad ahora mismo no es buena. El equipo perdió ayer más crédito con otra derrota, la cuarta consecutiva, pero de momento le da para seguir en la zona tranquila. Las alarmas pueden esperar para encenderse, pero convendría ir poniéndose en alerta.

El partido fue bastante igualado, con una primera parte de tanteo y aburrida y un segundo acto más de ida y vuelta, con más mordiente y ocasiones para los asturianos y los gallegos. Quizá lo más justo hubiera sido el empate, que no fue por un gol en el minuto 87 de Mario Barco.

La primera parte fue muy disputada. El Lealtad estuvo impreciso y falto de ideas arriba, pero seguro atrás, sin conceder ocasiones al rival. Álvaro Muñiz lo intentó nada más empezar con un disparo centrado, antes de que Rubén Sánchez probase otra vez con otro que se fue desviado. Al filo del descanso, el Pontevedra disputo de otras dos ocasiones: dos tiros lejanos de David Añón y Álex González que se fueron alejados del marco local.

La segunda parte fue distinta para suerte de los espectadores en Les Caleyes. La igualdad continuó, no hubo un equipo claramente dominador del encuentro, pero el Lealtad dio un paso adelante. Los maliayeses avisaron con un tiro de Jandrín desde la frontal que se fue desviado, una acción a la que contestó Abel con una volea que se marchó por encima de la portería de Porrón.

En ese primer tramo de la segunda parte, el Lealtad se adueñó del partido y una buena conexión entre Rubén Sánchez y Álvaro Muñiz dejó sólo a Adrián Llano. El centrocampista local se encontró sólo contra el portero, pero no supo definir y su pelota la despejó Edu. El Lealtad fallaba la mejor ocasión para adelantarse.

El Pontevedra, entonces, se estiró. Un centro de Kevin fue rematado por Álex Fernández a gol, pero Omar, primero, y Javi Porrón después, salvaron al conjunto local. El Lealtad no perdía la fe y en el minuto 82 Álex Blanco a punto estuvo de acertar con una falta que se fue por poco. Cinco minutos después llegó el gol del Pontevedra : un centro de Eneko desde la izquierda que cabeceó a la red Mario Barco. El equipo maliayés tuvo la última en los pies de David Grande, pero su disparo cruzado se fue lamiendo el poste. Ahí murieron las esperanzas del Lealtad, que se ha ganado estar en la zona tranquila, pero que debe mirar de reojo abajo.