José Ramón Fernández Cañedo es un hombre clave para entender la situación del Avilés. Él contactó en México a través de un amigo con Álvaro López (director financiero de IQ Finanzas) y le "sedujo", según sus palabras, para invertir en el club. Una vez firmado el acuerdo con Tejero por cuatro años con opción a dos más, Cañedo pasó a ser director ejecutivo a mediados de diciembre, pero mes y medio más tarde fue apartado y López anuncia ahora una querella contra él "por los 8.000 euros extraviados en enero" porque, señala, "al parecer él es quien administró ese dinero retirado de nuestras cuentas sin respaldar los gastos".
- ¿Se llevó usted dinero?
-Bajo ningún concepto. Cuando Miguel Retamar se fue porque no soportaba la presión, tomé las riendas del Avilés, pero pagaba que lo que aprobaba Álvaro y no gasté 8.000 euros en cervezas. Esto sale porque Tejero no vende y para justificar que se van dicen que Cañedo se fue con dinero después de venir de grandes y cuando no les cobré ni la comisión por haberlos traído. No tengo nada contra López, pero creo este tema es un arma de presión para que Tejero venda, como todo lo que de los últimos días.
- ¿Le hablaron oficialmente de la demanda?
-No, y estoy viendo con mis abogados la posibilidad de demandarlos por difamación y otras cosas porque ahora el malo soy y yo cuando me he partido la cara por el club. Estoy mal porque no quiero que se me recuerde por estos temas, pero algo raro debe de pasar cuando me hicieron firmar ante notario que no hablaría del club. Y hablo porque ellos también se comprometieron y ya soltaron lastre contra mi. No tengo miedo a nada, los espero porque tengo un contrato y la conciencia tranquila porque se lo que trabajé por el Avilés, incluso sacrificando a mi familia.
- Se le ve decepcionado...
-Si, estoy muy disgustado porque puse toda la carne en el asador por un proyecto en el que creo y luché lo indecible para que viniera una persona que pudiera aportar dinero y tratar de subir al Avilés a Segunda, que es donde tiene que estar. Traje a Álvaro López porque pensé que podía ser una solución para el proyecto y fue bueno para él, que se promocionó muy bien a través de las redes sociales, y para el club, porque los jugadores cobraron y están al día.
- Usted participó en todas las reuniones previas a la firma del acuerdo. ¿Se habló de la venta?
-No, y no entiendo por qué lo quieren comprar ahora cuando es posible que lo hubieran hecho a la mitad del camino. Es una pena porque era buen momento para demostrar que la cesión de la gestión deportiva puede funcionar, pero para eso no se puede llegar alardeando de dinero para aguantar dos años y echar a gente que cobra 200 euros o decir a los tres meses que te vas.
- ¿Quién engañó a López sobre la realidad de la deuda?
-Nadie, y en ningún momento pidió una auditoría del club. IQ vino porque le interesaba meterse en el fútbol español y sabía lo que había. Yo estuve en la notaría y Tejero no le miente en ningún momento porque se les ha leído todo. De hecho, López se rió cuando vio la deuda, mucho menor que la de otros clubes de Tercera o Segunda B. Yo creo que López vio una oportunidad para promocionar a IQ, que gracias al Avilés conoce toda España.
- ¿Entonces IQ no se plantea marchar por las deudas?
-Creo que no. Es cierto que las hay pero cuando dices que hay un millón para aguantar bien el pagar mil euros de pintura es una anécdota. Pienso que es un tema de decir la verdad y asumir que llevan aquí unos meses y como el Avilés no les gusta que se quieren ir a otro sitio. No poner disculpas. Álvaro López me pidió ayuda para salir porque la gente le confundió con Onassis y ahora tengo claro que el Avilés no ha interesado desde el primer mes porque les han comido la cabeza.
