- Quería usted precisar su llegada a la presidencia...
-Si, yo creo que después de 25 años es bueno que recordemos que el Real Avilés se ha convertido en SAD el 30 de junio de 1992 por decisión de un grupo de personas, en el que no estaba yo. Supongo que cuando lo hicieron sería por razones poderosas, y yo lo asumí como el resto de la afición. Transcurrido el tiempo, entre seis o siete personas contribuimos con nuestros pecunios a grandes desembolsos para mantener vivo el club.
Y lo hicimos con toda la ilusión, pero la gente se cansó de poner dinero y había que hacer una ampliación de capital porque el club estaba en situación de quiebra. A esa ampliación estaban invitados los socios y la gente de forma libre. Yo me comprometí a suscribir el capital necesario para que el club no se liquidara y lo hice cinco minutos antes de que se cerrara el plazo.
A partir de ahí sucedieron cosas dirigidas a que el Avilés desapareciera, incluso instando una quiebra un expresidente de la entidad, pero no lo consiguió porque la gente que estábamos en el club defendimos con uñas y dientes su supervivencia. Todo eso se superó en 2002, pero siguió todo igual y nadie suscribió capital.
Por eso mi familia es el único accionista del club, porque nadie ha hecho nada por impedirlo en el tiempo. Esta situación ha sido generada no por interés propio, si no por situaciones generadas por otros.
