El fútbol de Baleares ha acordado elaborar un registro de violentos, actuar contra los espectadores antideportivos y guardar un minuto de silencio en todos los partidos de categorías inferiores en protesta por la pelea campal entre padres de jugadores infantiles en la localidad mallorquina de Alaró. En una reunión en la sede de la federación balear, se ha propuesto que los árbitros puedan actuar contra los que insultan o muestran actitudes violentas en la grada, enseñando tarjetas o suspendiendo parcialmente los encuentros. Según señala la federación, "donde más consenso ha habido ha sido en señalar que el problema está en la grada y no en el terreno de juego y que las iniciativas tienen que ir en esa dirección". El presidente del Comité Antiviolencia ha felicitado a la federación y a los clubes por "haber dado la cara ante la avalancha informativa", y lamentado que los culpables, "los padres que invadieron el campo, no han salido a pedir disculpas".